“Game of Thrones”: Emilia Clarke dice que se inspiró en videos de Hitler para la última temporada. (Fotos: HBO)
Game of Thrones

Este se unió a millones de televidentes del mundo entero para ver, con el corazón en la boca, el final de (‘Juego de Tronos’). Fueron ocho años soplándonos una extraordinaria epopeya salvajemente mágica, con dragones extintos e intrigas políticas tan vigentes en este nuevo milenio. Esta serie tenía de todo y para todos.

Incluso, había varios tipos de fanáticos: en primer lugar, los ‘puros’, aquellos ‘paganini’ que estaban suscritos al canal exclusivo de HBO y veían la serie ‘como Dios manda’, domingo a domingo, y que siempre recibían a los ‘camarones’ en su casa para ganarse con la serie sin pagar cable. Le seguían los ‘maratonistas’. Estos fanáticos que, al no contar con el canal HBO, compraban los discos por temporadas en ‘Polvos Azules’ y los veían de corrido en larguísimas e insomnes sesiones de madrugada. Y en el último peldaño de esta escala social de los amantes de ‘Juego de Tronos’ se ubicaban los ‘hinchas’ de la serie, los que sufridamente la disfrutaban por YouTube, en sus PC, smartphones y, los más sufriditos, en cabinas públicas, esperando que almas caritativas ‘colgaran’ cuanto antes los ‘más vale tarde que nunca’.

Solo en Estados Unidos, el último capítulo lo vieron 19.3 millones de personas, batiendo todos los récords. Pero en todo el mundo, numerosos seguidores levantaron su voz después del episodio final.

La mayoría quedó enfurecida con los guionistas David Benioff y Daniel Brett Weiss, quienes se vieron huérfanos de los libros de George R.R. Martin, el padre de la criatura -que no terminó los dos tomos que faltan de su saga de siete libros de ‘Canción de hielo y fuego’-, que dejó a estos calichines con el pesado encargo de finalizar la epopeya y definir el destino de personajes entrañables, complejos, brillantes, chispeantes y enigmáticos.

Algunos, según este columnista, terminaron en caricaturas de sí mismos, sobre todo el enano Tyrion Lannister (extraordinario Peter Dinklage) y Jon Snow (Kit Harington).

Son opiniones personales, porque hay algunos que protestan porque murió la ‘Reina de los Dragones’. ¿Y qué querían, después del holocausto causado en contra de mujeres y niños inocentes?

Además, la locura es hereditaria y Daenerys (Emilia Clarke) se volvió loquita por el poder, como cierta ex primera dama con dientes de conejo. A diferencia de las más longevas series de TV, como ‘Hospital General’ (más de cincuenta años y continúa) o ‘Los Simpson’, que son series sanas, cuyos personajes se mantienen casi inamovibles (‘Homero’ es el mismo papanatas entrañable de siempre), ‘Juego de Tronos’ nació como una serie que podía matar en la primera temporada a su más noble y principal personaje, Ned Stark, que protagonizaba el único actor con una carrera en Hollywood, como Sean Bean.

Si en la primera temporada murió Ned y en la segunda, su abnegaba esposa Catelyn, cualquiera podía morir y esa fue la lógica hasta la séptima temporada, donde murieron mil 730 personas entre todas las casas y los reinos fuera de Poniente. Pero en la última, gracias a la locura de Daenerys, que quemó toda una ciudad, incluidos sus habitantes, bajo el fuego de su dragón ‘Maradona’, perdón ‘Drogon’, las muertes se deben calcular por miles. Por esta lógica, donde los personajes principales iban muriendo en cada temporada, no podía durar más de lo que duró, ocho años. Ahora, hay una gran noticia para los fanáticos.

Si bien HBO no producirá una segunda parte de ‘Juego de Tronos’, sí lanzará una serie sobre Poniente, ambientada miles de años antes. Esta contará el terrible secreto del nacimiento de Poniente y también el origen de ‘Los Caminantes Blancos’. Una de esas historias que le contaba la anciana nana a Bran Stark de niño, cuando no podía dormir y ni imaginaba que iba a llegar a ser rey.

Se llamará ‘Blood Moon’ y la escribirá Jane Goldman (‘Kingman’), con la asesoría de George R.R. Martin. Así que habrá Poniente para rato.

Apago el televisor.

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