Ollanta Humala y Nadine Heredia
Ollanta Humala y Nadine Heredia

Este siempre dirá lo que piensa y siente, así su palabra sea una gota de agua en el desierto. Mejor aún, así se aprecia más que una nota alta en un terrible coro de gallos. Y reitero, yo no cobré ninguna ‘asesoría’ en mis largos años de trabajo periodístico. Me parece que el fiscal Juárez Atoche solo hizo bien su trabajo al pedir la incautación de los inmuebles por el delito de lavado de activos, tratando el caso con la misma gravedad, así haya sido cometido por un narcotraficante o por un político. Y la incautación procede para ambos. Es más, para mí el caso del político es más grave porque este juró por la patria servir al país. Si delinquió, merecería el doble de la pena. Veamos la verdad de este caso de delito de lavado de activos que se convirtió en una telenovela.

SÍ SE CUMPLIÓ LA LEY: Primera falsedad. Muchos sostuvieron que no se podía confiscar la casa porque aún no hay sentencia. Falso. Un decreto especial faculta al juez a ordenar la confiscación de propiedades en caso de lavado de activos, sin que necesariamente haya dictado sentencia o acabado la investigación fiscal, como es este caso. Esto debido a que los abogados de los investigados dilatan el juicio al máximo. y se victimizaron metiendo en el tema a su familia, pero los responsables de su situación son ellos mismos. Desde que les embargaron la casa, meses antes, ya sabían de antemano que en algún momento se iba a llegar a la incautación. ¿Por qué exponer a los suyos a ese penoso trance? Quienes le fallaron a su familia fueron los esposos nacionalistas por cruzar la línea. Aquí no hay ‘pobrecitos’. ¿Es tan difícil caminar derecho?

¿PATINADA?: Le dijeron de todo, como que el juez hizo de ‘Tres Patines’ y dictó tres órdenes distintas, o que se ‘loqueó’. Pero su razón fue otra. Explicó que el abogado de Ollanta, César Nakazaki, se presentó en su oficina y le pidió una prórroga ‘para que tengan tiempo de sacar sus cosas y por su misma familia’. Según Concepción Carhuancho, a las once de la noche realizó la comunicación a todas las partes por escrito, incluido Nakazaki. ¿Por qué entonces Nadine y Ollanta siguieron sacando sus cosas de madrugada? ¿Y por qué cuando la casa ya estaba vacía, Nakazaki salió a decir a la prensa que el juez recién acaba de suspender la incautación ‘y daba una prórroga’? Lo dejó muy mal parado ante la opinión pública. Una astuta jugada del exabogado de Fujimori, uno de los más caros de Latinoamérica. Con su pensión de comandante retirado del Ejército, ¿le alcanza para pagar no solo a uno, sino cuatro abogados? Como cantara el gran Frankie Ruiz, ‘¿y cómo lo hace, comandante?’.

‘PLATA DE CAMPAÑA NO ES DELITO’:
El pez por la boca muere. En su falsa percepción de ‘inquilino desalojado’ (porque se ofreció a pagar alquiler al Pronabi, ¡el colmo!), Ollanta gritó que ‘los aportes de dinero para campaña no son delito’. Lo que no dijo es que las investigaciones de la Fiscalía y de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) detectaron que aproximadamente fueron cuatro millones de dólares sucios provenientes de Venezuela y estos fueron sustraídos del erario venezolano por Hugo Chávez e ingresaron al país de manera ilegal. Según la investigación, se remesó en bolsas a la embajada y de allí a la casa de Nadine. Con ese dinero, de acuerdo al fiscal Juárez Atoche, habría pagado la casa de donde se resistía a salir. El propio Banco de Crédito denunció movimientos irregulares en su cuenta, contratos de trabajo ficticios, y en el 2007, con aportes de miles de dólares que le depositaban su hermano Ilan, veinteañero que no trabajaba; su madre, que hacía movilidad escolar; su amiga Rocío Calderón y otros allegados. Así llegó a juntar 225 mil dólares, con lo que la deuda de quince años se redujo a seis. Por eso hay tanta seguridad de la Fiscalía en demostrar el origen ilícito del dinero y la utilización -también ilícita- en la compra de ese inmueble de Surco y la casa de su madre Antonia, por la que ella pagó ‘al cash’ 400 mil dólares, ‘siendo viuda y de ocupación, ama de casa’. Lo de los tres millones que, como asegura Marcelo Odebrecht, Jorge Barata entregó a Nadine y Ollanta en el departamento de Miraflores en armadas, ya es historia conocida. ¿A estos personajes investigados desde hace cuatro años por la Fiscalía debemos ponerlos en un pedestal de mártires? ¡Por favor! Apago el televisor.

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