Todo el gabinete encabezado por Salvador del Solar se trasladó a pie desde la PCM hasta el Congreso, rodeados por prensa y por su seguridad. (Foto: Alessandro Currarino / GEC)
Salvador del Solar

Este Búho, ante la movida jornada por el pedido de confianza del premier Salvador del Solar, se ve en la obligación de coger su ‘Espada del augurio’, de ‘Los Thundercats’, para que ‘me permita ver más allá de lo evidente’. Lo que sí me pareció una tremenda ‘huachafada’ fue esa caminata del premier con sus ministros desde Palacio hasta el Congreso con más de diez policías como guardaespaldas, esos mismos efectivos que faltan en las calles para defender a la población de tanto delincuente, como en el asalto difundido ayer en la Línea Amarilla. Pero vayamos a analizar las posiciones en esta crisis política que mantiene en la incertidumbre al ciudadano de a pie.

EL EJECUTIVO: El gobierno planteó una cuestión de confianza que era una velada amenaza de disolución del Congreso, si no se aprueban los proyectos de reformas constitucionales sobre la inmunidad parlamentaria y otras. Estos proyectos apuntan a acabar con la impunidad de que lleguen al Legislativo candidatos hampones con terno, que compran un lugar en la lista de partidos políticos que se han convertido en cenáculos antidemocráticos. ¿Alguien puede estar en contra de estas reformas?

Se pudo evitar llegar a toda esta situación extrema, sino fuera porque la abusiva mayoría fujiaprista tiró al tacho el proyecto sobre la inmunidad y, en el colmo de la provocación, ‘blindó’ a Pedro Chávarry, lo que constituyó una afrenta no solo a las valientes fiscales del Callao, al grupo Constelación de la Policía y a la investigación del congresista Juan Sheput, sino al país. La cuestión de confianza fue una respuesta con el ‘nuevo estilo pechador’ de Vizcarra. La pulseada generó histerismo. Esta lucha parecía un ‘Juego de Tronos’ y todos podían terminar achicharrados y disueltos.

La oposición reconoció que Del Solar ya no habló de ‘plazos’, pero fustigaron la ‘carta’ que Vizcarra envió al Congreso. En la tarde de ayer, veteranos cronistas parlamentarios señalaban que se habrían producido ‘encontrones’ entre ambos bandos. Incluso, la oposición podría revisar el ‘blindaje’ a Pedro Chávarry. Pero no nos tapemos los ojos, la cuestión de confianza no oculta que Vizcarra está en ‘piloto automático’, paralizado. No hay inversión pública, la inseguridad ciudadana está peor que nunca, la reconstrucción avanza a paso de tortuga, en servicios básicos de Educación y Salud damos pena.

FUERZA POPULAR: El anuncio de Vizcarra hizo que Letona, Salgado y Bartra se convirtieran en ‘Chicas Almodóvar’, o sea ‘Al borde de un ataque de nervios’. Movilizaron a sus ‘portátiles’ de juristas ávidos de pantalla y a políticos sin chamba. Sin embargo, las intervenciones de Carlos Tubino, pero sobre todo de Úrsula Letona, dejaron en claro que no solo van a trabajar las reformas enviadas por el Ejecutivo, sino que también van a exigir ‘una agenda’ sobre otros problemas urgentes del país.

¿Por qué el cambio de actitud del cogollo ‘duro’ del fujimorismo? Es que era un secreto a voces que la mayoría de los legisladores de la bancada de Fuerza Popular temblaron ante el anuncio presidencial, que si se da un cierre del Congreso se quedaban sin chamba y tendrían que irse de su residencia limeña y sus hijos abandonar sus colegios en la capital, aparte de otras cosas, como sus empleados, viáticos y gastos de representación. Hubo pánico naranja con las dos renuncias en su bancada. Ante un posible desbande puede que hayan recapacitado y prefirieron no ‘incendiar la pradera’.

LAS IZQUIERDAS: Fueron consecuentes con sus intereses de ‘encender la pradera’. Su cacareado afán de acelerar la crisis ‘disolviendo’ el Congreso, sin darse cuenta que lo único que iban a lograr era también una crisis económica. Todos los admiradores de Nicolás Maduro, como Antauro Humala y sus hordas de etnocaceristas, van a aprovechar el desprestigio de los partidos ‘tradicionales’ para llegar como ‘outsider’ y caerán las inversiones, que desde ya están detenidas.

¿Cuántos colegios se pueden reconstruir con los millones que le va a costar al país un nuevo proceso electoral si se cierra el Parlamento? ¿Podemos darnos el lujo de desperdiciar ese dinero en una elección donde van a ingresar políticos aún más impresentables y peligrosos que los actuales? Apago el televisor. 

tags relacionadas

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC