El Búho compara la situación política del país con 'Juego de Tronos'.
El Búho

Este estuvo viendo hace un par de noches un noticiero local que denunció el estado de abandono en que se encuentran algunas postas médicas, donde la gente de menos recursos sufre el maltrato diario de médicos y enfermeras. Los derivan a hospitales, no atienden a los pacientes.

En este país la gente que no tiene dinero, sufre humillaciones y se muere. Ese es el Perú real. El otro es el que está inmerso en una guerra de politicastros que no tiene cuándo acabar. Me recuerda a las escenas de una de mis series favoritas, ‘Game of Thrones’, de la cual ya se anunció que se llevará varios premios Emmy el próximo lunes 17.

Al inicio de la obra de George R. R. Martin, ubicada en un tiempo parecido al medioevo, en el llamado Poniente, reina Aerys II Targaryen, que está sentado en el Trono de Hierro y gobierna los Siete Reinos. Poco a poco, el rey está perdiendo la razón, por algo lo apodan el ‘Rey Loco’. Abusa de sus súbditos y comete las peores crueldades. Cuando su hijo, Rhaegar, rapta a Lyanna Stark, de una poderosa casa norteña y que estaba comprometida con otro lord, el señor feudal Rickard Stark solicita al rey que impida la relación. El malvado rey le ordena que comparezca en palacio con su hijo mayor, Brandon. Al llegar, los achicharra con acero fundido a altas temperaturas. Ese acto desquiciado, a sabiendas que ya su reinado estaba tambaleando y se escuchaban voces discordantes, hace que la Casa Baratheon, junto con los Stark, apoyados por los señores del norte, se declaren en rebelión a la Casa Targaryen, que reinó por siglos. Para derrotarlos se hicieron uniones espurias con casas antagónicas como la de los Lannister, que al principio apoyaron al ‘Rey Loco’. Este, desesperado porque los ejércitos rivales estaban a las puertas de su ciudad, ordenó quemar la capital con todos sus inocentes habitantes dentro.

Por eso fue asesinado por Jaime Lannister, quien era su escudero real y había jurado defender con su vida al ‘Rey Loco’. Luego de eso pasaron a llamarlo ‘El Matarreyes’. Así, Robert Baratheon se convierte en rey, se casa con Cersei Lannister y comienza otra dinastía, y la primera temporada televisiva de Juego de Tronos.

¿Qué hubiera pasado si el ‘Rey Loco’, en un arranque de cordura, hubiera procedido con justicia, obligando a su hijo a entregar a la doncella, concediendo una indemnización a los Stark con tierras y castillos, en lugar de achicharrarlos con acero? Seguramente hubiera seguido siendo rey, y no habría existido el primer libro ‘Canción de Fuego y Hielo’, que dio inicio a la serie. Su grave error le costó la vida y la de su familia.

Me recuerda el cometido por el presidente Martín Vizcarra al reunirse en secreto con Keiko Fujimori. No debió aceptar conversar con la lideresa de Fuerza Popular de esa forma y, encima, mentir al asegurar que no hubo tal reunión, aunque lo haya hecho por pedido ¡¡justamente de ella!!, quien no quería que se sepa de dicha cita. Si Keiko quería conversar, él hubiera insistido en que sea en Palacio y así no había razón para que se realizara en misterio. Después no hubiera tenido que comerse el sapo de ver a la engreída del ‘Chino’ salir en televisión nacional a llamarlo mentiroso porque la cita sí se llevó a cabo ni tampoco soportar que los escuderos del fujimorismo lo sigan llamando mentiroso a cada rato por ese motivo. Keiko Fujimori puede ser Cersei Lannister, la fría hija de la Casa Lannister que sueña con apropiarse del trono a cualquier precio. Vizcarra tiene que mover sus piezas de ajedrez con mucho cuidado, pues Keiko guillotinó a PPK y ganas no le faltan de hacerlo también con él. ¡Cuida tu cabeza, Vizcarra!

En esta lucha por el trono de Palacio de Gobierno, hay muchos traicioneros. El Perú está, aunque no lo crean, como ‘Juego de Tronos’. Existe incertidumbre y el pueblo tiene hambre de justicia. Los reyes de la noche amenazan con liquidar los reinos. Hay varios aspirantes al Trono de Hierro: Keiko, Julio Guzmán, Kenji, Verónika Mendoza o ‘Chicharrón’ Barnechea. Atentos, porque si el pueblo baja la guardia, esta historia tal vez no tenga un final feliz, sino uno muy diferente. Apago el televisor.

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