El Búho llega para recordar todos los por menores del Perú vs. Escocia de 1978
Perú

Esta noche se despide la selección de su hinchada enfrentándose, nada menos, que al representativo de Solo los que pasan los 45 ‘cheques’ pueden hacer algo de memoria sobre ese memorable partido entre peruanos y escoceses, en el Mundial de . Recuerdo que en ese tiempo todavía no llegaba la televisión a color al Perú. Por eso, los más pudientes iban al coliseo ‘Amauta’, hoy vendido a una iglesia evangélica, para ver los encuentros a color en pantalla gigante. Este columnista se escapaba del colegio y con su mancha de ‘lagartazos’ de la Unidad Mirones trepábamos los muros y nos zampábamos sin pagar. En el país había un ambiente de convulsión social, con huelgas del Sutep y paros nacionales, pero por el fútbol como que había una ‘tregua’. Ni qué decir lo que se vivía en Argentina. Eran tiempos de dictaduras militares en Sudamérica. Las más genocidas eran la chilena con Augusto Pinochet y la gaucha con Rafael Videla. Pero la de este último país estaba con roche, porque no solo secuestraban y desaparecían a estudiantes, dirigentes sindicales y políticos opositores, sino también a monjas y sacerdotes europeos. Por eso, en Europa hubo un importante movimiento que pretendía que el Mundial no tenga éxito. Recuerdo que en el ‘Amauta’ había hartos extranjeros y cuál sería mi sorpresa cuando el día de la inauguración unos gringos empezaron a abuchear al presidente argentino, quien daba la bienvenida a la justa mundialista.

“¡¡Asesino!! ¡¡Dónde están los desaparecidos!!”, decían a viva voz y sacaban banderolas y repartían volantes, donde se veía una pelota de fútbol desinflada que chorreaba sangre. Los gobiernos de Italia, España, Francia, Holanda e Inglaterra reclamaban a la Cancillería de Argentina sobre el paradero de sus compatriotas y planeaban boicotear el Mundial. La dictadura no respondía. Por eso, el Mundial de 1978 significaba mucho para la Junta Militar. Un fracaso deportivo iba a acelerar las protestas. No solo debían organizar el torneo, sino ganarlo sea como sea.

Perú llegaba con un equipo de lujo: Chumpitaz, Velásquez, Cueto, Cubillas, Sotil, el gran J.J. Muñante, Percy Rojas y Oblitas. Una mezcla de Alianza y Cristal. Pero Escocia era el claro favorito, con jugadores que brillaban en la Liga de Inglaterra como Kenny Dalglish y el goleador Joe Jordan. Nadie se sorprendió que los escoceses empezaran ganando con anotación de Jordan. Pero Perú dio vuelco al partido, con una pintura de Cueto en pared con Cubillas y luego los dos golazos del ‘Nene’, el último de tiro libre y que está catalogado como uno de los mejores en la historia de los mundiales. En nuestro país, el gobierno de Francisco Morales Bermúdez también estaba jaqueado por las protestas de los sindicatos y estudiantes. En ese año, 1978, cuando se gestaba otro paro nacional, trece dirigentes de izquierda y de sindicatos fueron detenidos y no los llevaron a Seguridad del Estado ni los deportaron, los metieron en un avión militar encapuchados y los trasladaron a Argentina, a Jujuy, donde los depositaron en un cuartel militar. El senador Genaro Ledesma -uno de los secuestrados- declaró al juez argentino Norberto Oyarbide que Morales Bermúdez y Videla hicieron un pacto en el marco de la siniestra ‘Operación Cóndor’, que involucraba a los militares de Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Uruguay, para darse una ‘manito’ en la captura de opositores políticos y desaparecerlos. Ledesma dijo: ‘Videla aceptó recibir a los prisioneros peruanos y esperó, a cambio, una ayudadita en el resultado por el Mundial’. Argentina necesitaba ganar por 4 a 0 a Perú para eliminar a Brasil y jugar la final y metió seis goles. Durante muchos años se habló de que hubo una echada. Argentina, al final, ganaría el trofeo, pero la Junta Militar caería después de la derrota de su ejército en la guerra de Las Malvinas y Videla terminó en la cárcel, así como otros verdugos. Pero volvamos al Perú-Escocia. Esa gran selección británica se reivindicó y derrotó 3 a 2 a la que, a la postre, sería subcampeona del torneo, Holanda. Sin embargo, fueron eliminados. Tanto les dolió la derrota ante Perú, que organizaron un partido de revancha en la mismísima Glasgow, en ese mítico ‘Hampden Park’, que aquella noche de setiembre de 1979 lucía completamente lleno, cuarenta mil almas esperaban que su selección humille a los incaicos. Estaban los mejores Dalglish, el portero Rough, Asa Hartford y la nueva estrella Souness. Por Perú ya no estaban Cubillas ni Oblitas, los jóvenes Ernesto ‘Chino’ Labarthe y Roberto Mosquera eran punteros endiablados y Germán Leguía el armador junto con Cueto. Esa tarde, el héroe de la noche fue el huaralino Eusebio ‘Chevo’ Acasuzo, que le tapó un penal a Asa Hartford. Los escoceses ganaban 1 a 0 con gol de Hartford y cuando el partido agonizaba, una genialidad de ‘Cocoliche’ Leguía nos dio el empate ante el estupor de las tribunas. Ojalá que nadie nos malogre la fiesta. Apago el televisor.

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