Este Búho les quiere contar a sus jóvenes lectores sobre un partido épico entre que se escenificó en el histórico Parque de los Príncipes de París, en abril de 1982. Ambos países habían clasificado a la Copa del Mundo de España 82 y estaban jugando sus últimos partidos de preparación.

Francia era una de las escuadras favoritas para llevarse el título. Su estrella, Michel Platini, era Balón de Oro del fútbol europeo y había sido fichado por la poderosa Juventus, en el mayor contrato de la historia del balompié. Además, el equipo, que contaba con estrellas como el moreno Trésor, Tigana, Six y el pelucón goleador Dominique Rocheteau. Los franceses abarrotaron el recinto esperando ver una goleada al cuadro sudamericano.

El equipo peruano, dirigido por Tim, era casi el mismo que clasificó al Mundial eliminando a Uruguay. Ante la ausencia de Barbadillo se incluyó a Germán Leguía y reemplazando a Chumpitaz, a ‘Mango’ Olaechea. Nadie pensó que la Blanquirroja podía vencer a la poderosa ‘azul del gallito’.

Los franceses se lanzaron con todo al ataque. Bajo la batuta del genial Platini, que siempre buscaba la cabeza de Rocheteau o la punta izquierda, donde destacaba Six. Pero entre Velásquez y ‘Panadero’ Díaz frenaban a Michel, que trajinaba incansable. Los peruanos esperaron pacientemente y resistieron las embestidas, hasta que el ‘Diamante’ Julio César Uribe tomó el liderazgo, dijo ‘comenzó el baile’, y le rompió la cintura a Bossis. Tal era la rapidez del movimiento, que el director de cámaras francés ordenó que cuando tomara la pelota Uribe, lo filmaran con la cámara a ras de piso, para que los televidentes vieran en plano muy de cerca sus pies, que parecían de goma y se deshacían de Amorós.

Las contras peruanas eran letales. Siempre Cueto buscando a Oblitas, que anotó un gol legítimo, pero que el árbitro localista lo anuló. Francia no podía perder contra los sudamericanos. En el Mundial de España, esa selección causaría sensación y quedaría en cuarto lugar, al ser eliminada en un partido inolvidable contra la Alemania de Rummenigge. Pero ese mismo equipo francés estaba desesperado aquella noche. Con el ingreso de Malásquez se completó la pista de baile. Y así llegó el gol, cuando faltaba poco tiempo para culminar el partido. Otra vez comenzó a sonar la música para la danza peruana. Malásquez recuperó una pelota en el medio campo y buscó a Cueto, que tenía a dos hombres marcándolo. El ‘Loro’ hizo una genialidad. Se sacó su marca dándole un pase de taco a Uribe. Ahí el ‘Diamante’ realizó la jugada que pasó a la historia, poniendo freno de mano y mandando a ‘comprar pan’ a Amorós, para luego enganchar al centro y ceder a Malásquez, que en primera se la da a Cueto y este lanza un pase milimétrico a la llegada de Oblitas, que culmina la obra anotando el gol. Un golazo inolvidable.

Recuerdo que estábamos con mi mancha de ‘lagartazos’ de Mirones. Nadie había ido a la Universidad ni a sus trabajos, menos al colegio. ¡Perú le ganaba a Francia! Cuando finalizó el encuentro, al toque nos fuimos a la licorería ‘La Curva’ y compramos un champán ‘Poblete’ más peruano que el cebiche. ¡Cómo es la vida! Años después, ya en mi labor de periodista deportivo, conocí personalmente a Julio César. Se sorprendió que supiera tantos detalles de ese partido, de sus jugadas inolvidables e imperecederas. ‘Mira, te cuento un secreto. Yo, cuando me enfrenté a Platini y a los grandes de Francia, no los veía como estrellas, los comparaba con los grandazos que jugaban en mi colegio o en la pista. Nunca arrugué con los manganzones, les rompí la cintura’. Ojalá que hoy los chicos también guarden este Perú - Francia como un recuerdo victorioso. Apago el televisor.

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