Hoy es el ansiado encuentro . ¡Arriba PERÚ!

Este Búho se levantó sintiéndose diferente. Desde niño, como miles de chicos, sintió por el fútbol una pasión especial. Nunca me fue indiferente. Abracé la pasión por un club, como tantos muchachos, pero siempre gocé y sufrí más por un triunfo o una frustración de la .

La clásica Blanquirroja, como la llamaba el querido Humberto Martínez Morosini. Fue justamente con Morosini que millones de peruanos vibramos en aquel lejano 1981, cuando con un empate en el , en el último partido de la serie con Uruguay, clasificamos al Mundial de España 82.

A pesar de que han pasado treinta y cinco largos años, lo recuerdo como si fuera ayer. Estaba en San Marcos y me decía ‘qué pena que estoy estudiando, pero cuando termine y sea profesional voy a ver a Perú en un Mundial donde sea’. Pasaron cuatro, ocho, doce, dieciséis años y otros lustros y nada. Jamás imaginé que transcurrirían décadas de .

El último equipo era de polendas. Quiroga, Chumpitaz, ‘Panadero’, Uribe, Velásquez, Cueto, La Rosa, Barbadillo, Oblitas. El técnico era el viejito Elba de Pádua Lima, ‘Tim’. El brasileño le dio ‘el toque del sabor’, que incluso se aprovechó para el comercial de un sazonador. Esa selección tenía alegría, variantes de juego. Nunca olvidaré las caravanas a la llamada ‘esquina de la televisión’ de Panamericana, en la avenida Arequipa, cuando el desaparecido ‘Papaúpa’ Genaro Delgado Parker era el ‘zar de las telecomunicaciones’. Clasificar al Mundial aquel 1981 fue algo espectacular.

inventaban tragos alusivos al equipo de todos: Gin con gin ‘Diamante’, por Uribe; ‘Tanque La Ruso’, a base de vodka con Sprite, en alusión a Guillermo ‘Tanque’ La Rosa; ‘Chupete de pisco’, por Ramón ‘Chupete’ Quiroga; ‘Cocoliche sour’, por Germán ‘Cocoliche’ Leguía; ‘Panadero te espera en el suelo’, trepador coctel de cachina con pisco en honor a ‘Panadero’ Díaz.

El Perú parecía el país más feliz de la tierra. Todo era de colores, hasta los televisores. Todavía no se sabía mucho del diabólico Sendero Luminoso y, sobre todo, en la selección no había problemas. Nadie dijo que faltaba Teófilo Cubillas. El plantel estaba completo y en una gira a Europa le ganaron al poderoso equipo francés de Platini y Rocheteau en el mismísimo ‘Parque de los Príncipes’. ¿En qué momento se malogró todo? El ‘Nene’, con todo mi respeto a su extraordinaria trayectoria, no tenía sitio en la escuadra, pero el viejito Tim ya estaba agobiado por problemas maritales con su esposa, una dama guapachosa y perica treinta años menor y el tío perdió energías y hasta ganas de seguir. Se dejó influenciar para colocar al ‘Nene’ y posibilitar el descuadre del equipo, que se vio en la primera ronda del Mundial con la eliminación.

Hay que aprender de la historia y respetemos a este grupo que está a punto, esta noche, de poder asegurar con un triunfo una inminente clasificación a un Mundial. Que los muchachos se olviden, por noventa minutos, del gran Paolo, que está en las buenas manos de sus abogados, su nutricionista y su mamá doña Peta. Ustedes concéntrense en el partido con los neozelandeses, que no son los fieros ‘All Blacks’ del rugby. Ellos son puro betún kiwi nomás, aunque como diría ‘palomilla de ventana’ Kenji, ‘Tampoco, tampoco... hay que sobrarse’. Este Búho desea que los peruanos que tienen menos de cuarenta, por fin gocen lo que gozamos nosotros, los tíos, del orgullo de ver a Perú en un Mundial. Apago el televisor.

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