Walter Martos, presidente del Consejo de Ministros. (Foto: Alessandro Currarino / GEC)
Walter Martos, presidente del Consejo de Ministros. (Foto: Alessandro Currarino / GEC)

Este Búho ve el panorama político más movido que el pelotero Ray Sandoval manejando su lujoso ‘Meche’ un sábado en pleno toque de queda. Por eso, aquí les traigo mis famosos ‘piquitos’ que tanto reclaman mis lectores.

NUEVO GABINETE: Tras la negación de confianza del Congreso al gabinete de Pedro Cateriano, el presidente Martín Vizcarra juramentó la mañana de ayer a Walter Martos como flamante primer ministro. El experimentado militar tendrá la tarea de crear puentes entre el Ejecutivo y el Legislativo para poder realizar una gestión en beneficio de los millones de peruanos que hoy piden a gritos dejar de lado las diferencias políticas y los intereses personales.

Martos, quien venía desempeñándose como ministro de Defensa, tuvo una participación fundamental durante la cuarentena, pues bajo su liderazgo miles de militares –en trabajo coordinado con la Policía- patrullaron nuestras calles haciendo respetar las decisiones del Estado para aplacar la propagación del virus. Se espera que como premier, además de enfocarse en temas de salud y economía, priorice la lucha contra la delincuencia, que hoy más que nunca se esparce al mismo ritmo que el maldito coronavirus.

RATIFICACIÓN EDUCATIVA: Ayer el presidente Vizcarra envió un claro mensaje al Congreso con la ratificación del ministro de Educación, Martín Benavides: La reforma educativa no se negocia. En esta columna he sido firme con mi posición. Los jovencitos del Perú merecen una educación de calidad, que los forme como profesionales competentes, capaces de desempeñarse en cualquier país del mundo. Muchos padres de familia se ‘rompen el lomo’ día y noche para poder pagar pensiones, y a cambio sus hijos reciben un servicio pobre y deficiente, gracias a esos ‘buitres’ que ven la educación como una mina.

La reforma educativa busca enderezar ese árbol torcido, regulando y exigiendo calidad en los servicios universitarios, pero algunos líderes políticos, dueños de universidades, se coluden para que esta iniciativa no prospere. Punto aparte, tampoco vamos a frotarle la espalda al ministro de Educación, quien hasta la fecha no ha podido concretar la compra de más de un millón de tablets para los estudiantes escolares del país. Estos equipos son necesarios para que cientos de miles de niños –sobre todo de zonas rurales- puedan ejercer su derecho a la educación.

HOLA Y CHAU: Dicen que al enterarse de que sería removido de su cargo como ministro de Trabajo, el joven abogado Martín Ruggiero se puso a tararear esa clásica canción de Joaquín Sabina: ‘Lo nuestro duró lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks’. Sin duda, fue el jale más controversial de Pedro Cateriano y uno de los motivos más pesados para que no recibiera la venia del Congreso. Aunque sus intenciones fueran las mejores, en tiempos de crisis lo que más se requiere es experiencia y ‘muñeca’ en los cargos más altos e importantes del Estado. Se necesita la habilidad de un profesional que conozca el teje y maneje de los organismos estatales.

FRITO ‘PESCADITO’: Pecó de insolente y soberbio Pedro Cateriano al referirse sobre el Frepap como ‘una agrupación fanática religiosa muy desinformada en materias elementales de manejo del Estado’. Debe saber Cateriano que ningunear las capacidades de un partido que logró un amplio porcentaje de votos en las últimas elecciones congresales es ningunear también a quienes los eligieron, es decir, un porcentaje importante de la población peruana.

Esta agrupación política, tan arraigada incluso en los rincones inaccesibles de nuestro país, cuenta con una legión fiel y de principios morales inquebrantables. Defensores de la familia tradicional, en contra del matrimonio igualitario o el aborto, su representación en el Parlamento es también, como dijo la historiadora de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Karina Pantaleón, un ‘reflejo de lo que somos la mayoría de peruanos’.

Por su desafortunado comentario, calificado como ‘discriminador’, Cateriano terminó ‘frito pescadito’. Solo faltó que se refiera a ellos como en esa nefasta frase de Alan García: ‘Ciudadanos de segunda clase’. Al margen de ello, es increíble lo que está pasando con este Congreso que ‘pecha’ a Vizcarra. Lo alucinante es que el mismo presidente y ‘Pantaleón’ del Solar son quienes lo ‘parieron’. Apago el televisor.

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