'Piqueítos de El Búho'

Este Búho alucina la política peruana como si fuera un inmenso bufé de comida nacional e internacional. Alan se sirvió una grasosa ‘feijoada’ con grandes trozos de carne de búfalo maduro en salsa Barata, Nadine pidió un conejito al horno con un jugoso aderezo de la receta secreta de Odebrecht, Lescano saboreó un afrodisiaco cebichazo de trucha del lago Titicaca, con bastante ají, que terminó provocándole una indigestión. Sé que se les hace agua la boca con estos deliciosos ‘Piqueítos’, pero recuerden que el que se pica, pierde.

LOS MENSAJITOS DE LESCANO: Bastante complicada es la situación del congresista Yonhy Lescano por los mensajes de ‘Wasap’ que envió a una periodista. El defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, se reunió con la agraviada y, luego de leer los textos intercambiados por las dos partes, considera que sí hay acoso sexual.

El parlamentario se defiende señalando que le editaron dichas conversaciones y hasta hizo públicos unos diálogos con su acusadora, buscando evidenciar una relación amistosa o de complicidad entre ambos, por las bromas que se hacían. Ese es el argumento central de su defensa: que no hubo acoso, porque se trata de conversaciones entre dos adultos que libremente eligieron tratarse en esos términos. La Fiscalía ya inició indagación sobre este caso y no hay que olvidar que, desde setiembre del año pasado, el acoso tiene penas que van de los tres a cinco años de cárcel.

LA RED DE ORELLANA: Luego de cuatro años de investigaciones, la Fiscalía ha pedido 35 años de prisión para Rodolfo Orellana, para su hermana Ludith y otros, como presuntos líderes de la temible organización criminal que se apoderaba de cuanta propiedad le diera la gana. Según el Ministerio Público, la banda de Orellana amasó más de 540 millones de soles en 12 años de operaciones ilícitas.

La justicia señala que su red de corrupción comprendía a malos abogados, jueces, notarios públicos, policías, funcionarios municipales y de otros organismos del Estado con los que pudo fraguar documentos que le permitieron adueñarse de todo cuanto quisiera. Atrapado en el 2014, en Colombia, a donde había fugado, Orellana cumple hoy prisión preventiva en el gélido penal de ‘Challapalca’, en la sierra de Tacna, donde comparte celda con el holandés asesino Joran van der Sloot. La justicia debe ser severa en este caso.

EL ‘TSUNAMI’ BARATA: Muchos en nuestro país, sobre todo algunos ‘peces gordos’, ya no pueden dormir porque Jorge Barata, tarde o temprano, cantará ante un equipo de fiscales peruanos en Curitiba, Brasil, por todos los sobornos entregados. Los exdirectivos de la corrupta empresa brasileña que operaron en Perú, y que declararon en febrero ante nuestras autoridades, coinciden en señalar a Barata como el hombre que conocía al detalle las millonarias coimas.

Barata debe decir la verdad o se va preso, según el acuerdo que firmó con los fiscales brasileños. Le preguntarán por la cuestionada conferencia que dio Alan García por 100 mil dólares el 2012, las coimas sobre el Metro de Lima, sobre los 2 millones de dólares que el mismo Barata asegura que dio a Nadine Heredia para la campaña de Ollanta del 2011, los 200 mil dólares entregados para la campaña de Lourdes Flores a la Alcaldía de Lima en el 2010 y los aportes a las campañas por la no revocación y reelección de la exalcaldesa Susana Villarán, entre otros.

EL NEGOCIAZO DE LAS UNIVERSIDADES: Interesante la propuesta de Julio Guzmán, líder del Partido Morado, sobre la necesidad de revisar las exoneraciones tributarias a las universidades privadas. No le falta razón, pues en la práctica esos beneficios solo han servido para convertir en multimillonarios a empresarios fariseos a quienes la educación les importa un comino, pues dan una educación paupérrima.

Dichas exoneraciones deben ser para invertir en investigación, infraestructura, en favor de los estudiantes y, por ende, en el desarrollo del Perú. Pero en la práctica, en la gran mayoría de casos, solo han engordado los bolsillos de los vivazos. Seguro que ahora, ante la propuesta de Guzmán, ya comenzaron a moverse para hacer los lobbies que les sigan asegurando dichas gollerías, injustas e indignantes. ¡Ojalá se acaben! Apago el televisor.