Este siente que se viven horas cruciales en nuestra política. Este jueves se define en el Congreso si Pedro Pablo Kuczynski continúa en Palacio o lo vacan. Sin duda, será un hecho histórico. Ingreso al ‘túnel del tiempo’ y recuerdo algunos hechos que pueden servir para aclarar el panorama. fue el cuarto mandatario elegido de manera democrática y consecutiva, después de , y . Increíble, el ‘Cholo’ de Cabana está prófugo de la justicia en Estados Unidos, Alan García vive asustado en Madrid y Ollanta está preso. En el discurso de PPK al asumir el mando dijo: “Esta es la cuarta transición democrática electoral ordenada desde el año 2001.

Tenemos que mantener ese desempeño para el futuro”. Pedro Pablo justamente tuvo como rival, en la segunda vuelta, a la hija de un presidente que disolvió el Congreso y se hizo reelegir con fraude. Es ella quien ahora lo quiere vacar. En ese entonces, fue clarísimo al mandarle un mensaje, sin mencionar nombres, a Keiko Fujimori y a Fuerza Popular, cuando se refirió a que debemos trabajar unidos, ahora que terminó la elección, los que ganaron y los que perdieron, porque él va a gobernar para todos los peruanos. “La unión significa que todos deben poner el hombro, su cuota aparte, y a veces tragarnos nuestras objeciones y trabajar juntos”, precisó.

El domingo, en la entrevista que, PPK dijo que si lo vacan se dedicará a hacer gimnasia y escribir sus libros. Ahí podría contar que su padre, Maxime Kuczynski, era un joven médico alemán de origen polaco. Este se dedicó al estudio de las enfermedades tropicales. Uno de los males que asolaban a las tribus selváticas era la lepra, de connotaciones bíblicas. Sus víctimas no solo eran expectoradas de sus comunidades, sino que permanecían encerradas sufriendo humillaciones y vejámenes. El padre de PPK llegó con su esposa de ascendencia franco-suiza, Madeleine Godard, y su familia a Loreto para hacerse cargo del leprosario ‘San Pablo’. Los recuerdos de PPK se mantienen imborrables. “De muy niño viajé a la selva, ningún médico peruano quería hacerse cargo del leprosario. Mi padre asumió el reto y lo primero que hizo fue mandar a destruir las jaulas. Los enfermos estaban en jaulas como animales. No había necesidad de tamaña crueldad, hay leprosos que tienen la enfermedad seca, ya no contagian a nadie, pero en ese tiempo había quienes querían matarlos”, señaló. Su madre, quien personalmente se encargó de la educación de él y de su hermano Miguel, cayó enferma. Para ese entonces, habían recibido una herencia de Europa.

PPK estudió en el colegio Markham, pero ante el agravamiento de la enfermedad de su progenitora, fue enviado a estudiar a un internado a Inglaterra. Gracias a sus excelentes calificaciones logró ingresar becado a la exclusiva universidad inglesa de Oxford. “Yo tenía más inclinaciones literarias, pero estudié filosofía y política, después economía. Pero antes estudié música en el Royal College of Music, y después flauta y piano en el Conservatorio de Suiza”. Chancón, decidió postular a una beca en la Universidad de Princeton, USA. Ingresó con una beca a la escuela Woodrow Wilson de esa casa de estudios, y siguió administración pública y economía. Allí preparó su doctorado y a los 22 años se recibió e ingresó a laborar al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial. En 1966, el presidente Fernando Belaunde lo convocó a participar en su primer gobierno como asesor económico y luego como director del Banco Central de Reserva. Antes del golpe militar de Juan Velasco integró una misión especial que viajó a Londres para renegociar la deuda externa. Manuel Ulloa, ministro de Hacienda, se fue de boca. “Y ustedes saben cómo era Manuel. Como el gobierno era atacado por la mayoría parlamentaria de la alianza del Apra y el odriísmo, dio una entrevista en su periódico y dijo: ‘Hemos llegado con millones de dólares para invertir en reactivar la economía’”. Cuando Velasco dio el golpe de Estado, Manuel se fue al exilio. Yo me quedé y un día el presidente Velasco me mandó a llamar a Palacio. Me hizo pasar a su despacho y puso una pistola en la mesa. “¿Dónde está la plata?”, me preguntó.

“¡Qué plata!”, le respondí. “La que trajo Ulloa de Europa, ¿dónde está?”, me increpó. Tuve que decir que iba a averiguar y por eso me dejaron salir. Tuve que irme, pero como mi nombre estaba en la lista de los que no podían salir del país, me fui por Ecuador, escondido en la maletera de un auto”. En Estados Unidos trabajaría en el FMI y en la empresa privada, hasta que en 1980, el presidente Fernando Belaunde, quien llegó por segunda vez al poder, lo convocó nuevamente. El resto ya es historia conocida. Apago el televisor.

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