Este 'Búho' asiste indignado e incrédulo al terrible espectáculo de la delincuencia avasallándolo todo, sin respetar nada. Los criminales, sobre todo los sicarios, asesinan impunemente ya no solo en las calles, sino también en las casas, se meten a los dormitorios y ahora, en el colmo, hasta a los hospitales. Pero lo sucedido la noche del domingo en el ‘Sergio Bernales’ de Collique, , no tiene parangón y parece sacado de la tremenda película de Brian De Palma, ‘Carlito’s Way’ (1993). 

Cuatro sicarios ingresaron armados al hospital por la parte trasera, donde no hay muro por existir una huaca, con la consigna de . Lo increíble es que el peligroso delincuente estaba internado en el pabellón de cirugía porque fue baleado días antes en un tiroteo y ya le iban a dar de alta. Las autoridades del hospital comunicaron a la comandancia del sector su internamiento y sus causas, pero se afirmó que la policía nunca envió efectivos para investigar el caso. 

Además, en enero del 2015 la víctima, junto a su banda, intentó asaltar una agencia bancaria, pero fueron sorprendidos por los uniformados y se originó una feroz balacera en la que murió un compinche de Arenaza. El domingo, los sicarios llegaron al ‘Sergio Bernales’ dispuestos a todo y, con total sangre fría, el ‘Cholo Darwin’, en un acto felino, cogió a la enfermera Mirian Obregón como ‘escudo humano’ para evitar las balas. Esa cobarde acción no le sirvió de nada, pues los asesinos no dudaron en disparar igual, impactando una bala en el brazo de la infortunada profesional. El sujeto murió de cuatro balazos.

Este hecho sangriento me hizo recordar una clásica escena de ‘Carlito’s Way’. El traidor amigo y abogado de Carlitos Brigante (Al Pacino), David Kleinfeld (notable Sean Penn), asesinó a un ‘capo’ de la mafia italiana, Tony T y su hijo. Los mafiosos italianos lo acuchillaron en su bufete, pero sobrevivió. Ya en el hospital, Carlitos lo va a visitar para encararlo por haberlo delatado con la policía. El abogado tiene un arma debajo de la almohada, porque sabe que su vida tiene precio. Soberbio, se enfrenta a su amigo y se ufana de su traición. Carlitos le dice que le va a enseñar a usar el arma y la manipula. Luego se va deseándole ‘larga vida’. 

Ni bien abandona el sanatorio, el hijo mayor de Tony T., vestido de policía, irrumpe en la habitación del abogado, que lo esperaba con la pistola apuntando a la puerta. Dispara primero, pero no sale ni una bala pues Carlitos, sin que se diera cuenta, las sacó, y así fue liquidado. En España, en el 2009, se desató un escándalo por el asesinato del jefe del sanguinario Cártel colombiano de Caquetá, Leonidas Vargas Vargas (59), ‘El viejo’, en el Hospital Doce de Octubre, en Madrid, donde estaba internado. 

El narco sufría del corazón, tenía problemas respiratorios, hipertensión y una enfermedad pulmonar grave. Había gente que se la tenía jurada, así que un sicario llegó al pabellón donde estaba para ajustar cuentas. Mucho tiempo antes, había sido condenado a 26 años de prisión en Colombia por narcotráfico y homicidio, pero salió en 7 años. Después, en el 2006, fue capturado en Madrid por tráfico de drogas y crimen organizado. Tenía un pasaporte venezolano falso y su arresto fue por un tonto error, pues se iba a Alemania para ver la fase final del Mundial de Fútbol. 

En esa oportunidad, Colombia ofrecía cinco millones de dólares por su captura, ya que hasta se le acusaba de haber intentado asesinar al candidato presidencial del partido liberal y exministro, Horacio Serpa, estando en prisión. Cuando el sicario lo mató en su cama del hospital con cuatro disparos de un arma con silenciador, Vargas estaba con libertad condicional y con juicio pendiente. Murió en su ley, a sangre y fuego. Solo unos días después, su hermano también fue ejecutado en Colombia al lado de su novia, una exreina de belleza. La mafia jamás perdona. Apago el televisor.

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