El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un sabroso estofado de osobuco con bastante tomate, papita amarilla, zanahoria, rocotito molido y una jarrita de emoliente al tiempo. “María, leía con atención ayer en Trome la amplia entrevista al destacado psiquiatra Carlos Bromley, quien habló de varios puntos, entre ellos, la crianza de los hijos. El especialista señala que en muchas familias donde hay mala comunicación y carencia de afectos, donde los padres están ausentes y son violentos, se crían chicos egoístas e igualmente violentos que crecen a la deriva, víctimas de una sociedad enferma. Para Bromley, los muchachos de entre 17 y 19 años que violaron y mataron a una quinceañera en Ayacucho, ‘no son adolescentes, sino adultos precoces con clara evidencia de psicopatía’. Por eso, creo que la justicia comete un grave error al tratar a menores de esa calaña, que en realidad son ‘monstruos’, como adolescentes que cometieron alguna falta, encerrándolos un par de años, cuando su delito amerita la cárcel de por vida. En la entrevista, el psiquiatra también comenta que hoy los hijos ya no pertenecen a sus familias, sino ‘al mundo’. Muchas veces no sabemos dónde están ni qué hacen. En ese sentido, me parece una buena medida que los canales de televisión comiencen a autorregularse, pues algunos programas influyen de manera negativa en la mentalidad de los niños, adolescentes y hasta jóvenes.

En este punto, hay que ser drásticos. Los papás deben prohibir a sus hijos ver ciertos programas, aunque es imposible, pues entre los chicos comentan y los videos están colgados en Internet. Por eso, hay que hacerles entender que muchos de los impresentables que aparecen en pantallas pertenecen a ciertos submundos, como los de la prostitución y las drogas. No me hago el moralista, pero veo con estupor que ciertas ‘señoritas’ como una argentina cuya carta de presentación es afirmar con orgullo que se acostó con un famoso futbolista de su país cuentan que tuvieron sexo con uno y otro, incluidas otras mujeres. También relatan, como si fuera un mérito, que consumen todo tipo de drogas, que se emborrachan hasta perder el control, que se amanecen en discotecas la mayor parte de la semana y que hicieron viajecitos sospechosos al extranjero. Lo único que no aceptan es que se dedican a la prostitución, aunque entre ellas se acusan de eso. Son gente que no es ejemplo de nadie, pero al salir en televisión un par de horas se les da una importancia que no tienen y eso confunde a nuestros niños y adolescentes cuya personalidad aún no está definida quienes pueden llegar a verlas como modelos a seguir, a ansiar vivir sus vidas. Lo repito, esta gente es de malvivir, de baja calaña que no tiene ningún de pudor de salir a ventilar sus miserias y encima ¡¡las premian!! con plata. A los hijos hay que enseñarles a ser trabajadores, estudiosos, honrados y disciplinados. Que deben respetarse a sí mismos y a los demás. Que no pueden estar teniendo relaciones íntimas con cualquiera. Tenemos que hablarles del grave peligro de las drogas, de la prostitución y de las malas compañías”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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