Nuestro columnista habla sobre Hunter S. Thompson, padre del ‘Periodismo gonzo’.
Nuestro columnista habla sobre Hunter S. Thompson, padre del ‘Periodismo gonzo’.

Este Búho siempre conversa con jóvenes estudiantes de Comunicaciones. Recuerdo mi paso por la universidad y siento que debo ser agradecido por todo lo que esta profesión me ha dado. Tuve algunos excelentes maestros que entendían el oficio hasta como algo espiritual. Enseñaban por amor a su profesión. El dinero nunca fue lo más importante en sus vidas. Ahora veo que algunos son capaces de venderse hasta al mismo diablo por un poco de plata. Eso es triste. Este Búho debe reconocer que tiene muchas influencias en su carrera de periodista, que ya tiene más de un cuarto de siglo. Tengo que prenderle velitas a la ‘santa literatura’. Aparte de los clásicos, debo admitir que hubo escritores que influyeron mucho en mí. Y me refiero a uno en particular: Hunter S. Thompson, el famoso periodista que fue el padre del llamado ‘Periodismo gonzo’. Hunter, a mediados de los años 60, en plena Norteamérica en lucha por los derechos civiles y la oposición a la guerra de Vietnam, siendo un joven periodista aburrido en la sección Locales, le planteó algo insólito a su jefe: ‘¿Por qué no me mandan de corresponsal a Puerto Rico?’ El jefe creyó que se había vuelto loco o era una broma de un redactor pasado de vueltas. Pero fue y esos artículos que Thompson hizo de la isla, son ya clásicos.

El primer libro de Thompson titulado ‘Días de ron’ es como su nombre lo indica. Eran los textos que un joven y embriagado redactor mandaba al diario ‘Nueva York Herald’ desde la tierra de Héctor Lavoe. Años después contó por qué se fue del periódico: ‘Me fui cansado de trabajar en un diario de m… y que una banda de desquiciados tratara, todos los días, de hacerme la vida imposible, porque no pensaba ni vestía como ellos’. El ‘Periodismo gonzo’ surge por un artículo que Hunter escribió sobre el famoso ‘Derby de Kentucky’. Fue por ese artículo titulado ‘El Derby de Kentucky es un antro de adictos y farsantes’, que se puso en práctica ese tipo de periodismo. ‘Gonzo’ puede traducirse en bizarro, entrador o, como definiría el antropólogo de Pueblo Libre, Arturo Alvarado, ‘Chico aputamadrado’.Según los estudiosos, tiene una sola característica: es un estilo donde el reportero es el protagonista absoluto de su propia crónica. El tema es lo secundario y lo fundamental es el entorno en el cual se rodea la nota. Al realizar este tipo de reportaje, el periodista asume todos los riesgos, sean cuales sean estos. Hasta las últimas consecuencias. En ese artículo sobre el ‘Derby de Kentucky’, el buen Hunter relató que estaba fumando un ‘troncho’ con su fotógrafo y mirando cómo los socios se emborrachaban y agarraban los senos o el trasero de sus mujeres ebrias sin mirar las carreras. Pero cuando se prendió otro ‘troncho’ y las cenizas encendidas cayeron en el vestido de la amante del dueño del caballo ganador, a Hunter y su fotero los botaron del hipódromo. Llegó al diario desolado y cuando le reclamaron el artículo, solo atinó a dejar un puñado de hojas donde desordenadamente relataba las orgías en el hipódromo y el poco o nada de interés por las carreras en sí. Cuando al día siguiente llegó a sacar sus cosas, porque pensaba que lo iban a despedir, se dio con la sorpresa que el editor le dio un beso en la mejilla y le dijo que su nota era extraordinaria. Hace unos años vi la película ‘Miedo y asco en Las Vegas’, una desquiciada obra del inglés Terry Gilliam con Johnny Depp y Benicio del Toro. Está basada en los artículos de la época más fructífera del drogadicto Hunter Thompson. Fue cuando era editor en jefe de la página nacional de la mítica revista ‘Rolling Stone’. Su mejor libro, ‘Los ángeles del infierno’, me lo prestó mi chochera, el rockero inolvidable y prematuramente fallecido Edwin ‘Escuela cerrada’ Núñez. La obra maestra del ‘Periodismo gonzo’. Allí Hunter, ante las denuncias de que bandas de motociclistas mataban y violaban en la costa oeste norteamericana, se va a vivir con ellos como uno más. Es un libro estremecedor, que termina cuando Thompson es masacrado por sus propios engreídos, los motociclistas que se hartaron de sus preguntas y su sola presencia. Él se mató de un escopetazo en la cabeza a los 67 años, en el 2007. Dejó una alucinante carta: ‘Quiero que tiren mis cenizas en el desierto, al ritmo de una canción de Bob Dylan: Mr. Tambourine Man. Y que lancen fuegos artificiales’. El gran Johnny Depp cumplió sus deseos. Este Búho lo tiene muy en alto. ¡¡Viejo gonzo!! Apago el televisor.

Este Búho siempre conversa con jóvenes estudiantes de Comunicaciones. Recuerdo mi paso por la universidad y siento que debo ser agradecido por todo lo que esta profesión me ha dado. Tuve algunos excelentes maestros que entendían el oficio hasta como algo espiritual. Enseñaban por amor a su profesión. El dinero nunca fue lo más importante en sus vidas. Ahora veo que algunos son capaces de venderse hasta al mismo diablo por un poco de plata. Eso es triste. Este Búho debe reconocer que tiene muchas influencias en su carrera de periodista, que ya tiene más de un cuarto de siglo. Tengo que prenderle velitas a la ‘santa literatura’. Aparte de los clásicos, debo admitir que hubo escritores que influyeron mucho en mí. Y me refiero a uno en particular: Hunter S. Thompson, el famoso periodista que fue el padre del llamado ‘Periodismo gonzo’. Hunter, a mediados de los años 60, en plena Norteamérica en lucha por los derechos civiles y la oposición a la guerra de Vietnam, siendo un joven periodista aburrido en la sección Locales, le planteó algo insólito a su jefe: ‘¿Por qué no me mandan de corresponsal a Puerto Rico?’ El jefe creyó que se había vuelto loco o era una broma de un redactor pasado de vueltas. Pero fue y esos artículos que Thompson hizo de la isla, son ya clásicos.

El primer libro de Thompson titulado ‘Días de ron’ es como su nombre lo indica. Eran los textos que un joven y embriagado redactor mandaba al diario ‘Nueva York Herald’ desde la tierra de Héctor Lavoe. Años después contó por qué se fue del periódico: ‘Me fui cansado de trabajar en un diario de m… y que una banda de desquiciados tratara, todos los días, de hacerme la vida imposible, porque no pensaba ni vestía como ellos’. El ‘Periodismo gonzo’ surge por un artículo que Hunter escribió sobre el famoso ‘Derby de Kentucky’. Fue por ese artículo titulado ‘El Derby de Kentucky es un antro de adictos y farsantes’, que se puso en práctica ese tipo de periodismo. ‘Gonzo’ puede traducirse en bizarro, entrador o, como definiría el antropólogo de Pueblo Libre, Arturo Alvarado, ‘Chico aputamadrado’.Según los estudiosos, tiene una sola característica: es un estilo donde el reportero es el protagonista absoluto de su propia crónica. El tema es lo secundario y lo fundamental es el entorno en el cual se rodea la nota. Al realizar este tipo de reportaje, el periodista asume todos los riesgos, sean cuales sean estos. Hasta las últimas consecuencias. En ese artículo sobre el ‘Derby de Kentucky’, el buen Hunter relató que estaba fumando un ‘troncho’ con su fotógrafo y mirando cómo los socios se emborrachaban y agarraban los senos o el trasero de sus mujeres ebrias sin mirar las carreras. Pero cuando se prendió otro ‘troncho’ y las cenizas encendidas cayeron en el vestido de la amante del dueño del caballo ganador, a Hunter y su fotero los botaron del hipódromo. Llegó al diario desolado y cuando le reclamaron el artículo, solo atinó a dejar un puñado de hojas donde desordenadamente relataba las orgías en el hipódromo y el poco o nada de interés por las carreras en sí. Cuando al día siguiente llegó a sacar sus cosas, porque pensaba que lo iban a despedir, se dio con la sorpresa que el editor le dio un beso en la mejilla y le dijo que su nota era extraordinaria. Hace unos años vi la película ‘Miedo y asco en Las Vegas’, una desquiciada obra del inglés Terry Gilliam con Johnny Depp y Benicio del Toro. Está basada en los artículos de la época más fructífera del drogadicto Hunter Thompson. Fue cuando era editor en jefe de la página nacional de la mítica revista ‘Rolling Stone’. Su mejor libro, ‘Los ángeles del infierno’, me lo prestó mi chochera, el rockero inolvidable y prematuramente fallecido Edwin ‘Escuela cerrada’ Núñez. La obra maestra del ‘Periodismo gonzo’. Allí Hunter, ante las denuncias de que bandas de motociclistas mataban y violaban en la costa oeste norteamericana, se va a vivir con ellos como uno más. Es un libro estremecedor, que termina cuando Thompson es masacrado por sus propios engreídos, los motociclistas que se hartaron de sus preguntas y su sola presencia. Él se mató de un escopetazo en la cabeza a los 67 años, en el 2007. Dejó una alucinante carta: ‘Quiero que tiren mis cenizas en el desierto, al ritmo de una canción de Bob Dylan: Mr. Tambourine Man. Y que lancen fuegos artificiales’. El gran Johnny Depp cumplió sus deseos. Este Búho lo tiene muy en alto. ¡¡Viejo gonzo!! Apago el televisor.

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