Vivien Leigh y Clark Gable en uno de los más grandes clásicos del cine. (Difusión)
Vivien Leigh y Clark Gable en uno de los más grandes clásicos del cine. (Difusión)

Mis lectores saben que a este Búho poco le importa que lo estigmaticen como ‘políticamente incorrecto’. No soy de aquellos que, por ejemplo, critican de manera furibunda la corrupción de los políticos de derecha o fujimoristas, pero cuando los ‘faenones’ los cometieron sus amigotas y amigotes ‘seudo progres’, ahí sí se hicieron ‘de la vista gorda’, ‘miraron a otro lado’ y terminaron actuando vergonzosamente como la canción de ‘Shakira’: ‘Sordos, ciegos y mudos’.

Digo esto porque hoy ya no solo se avivó una polémica sobre la clásica película nortemericana ‘Lo que el viento se llevó’ (1939), sino que por presión de políticos y redes sociales, la cadena HBO Max la retiró de su catálogo. El filme sigue siendo ‘el más visto de todos los tiempos’ y el más taquillero de la historia, pues si trasladáramos lo ganado en dolares americanos en su época a la actual, habría recaudado solo en Estados Unidos 1,800 millones de dólares.

La demolición en ciertos círculos influyentes de la cultura y la política norteamericana hacia la película, que narra la historia de la valerosa chica sureña Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) y el capitán Rhett Butler (Clark Gable) en la cruenta ‘Guerra de Secesión’ norteamericana, venía desde hace varios años. El filme era estigmatizado, degradado, hasta ridiculizado por considerarlo ‘racista’ y que presentaba una ‘visión romántica de un régimen opresivo y degradante’.

Este columnista considera que uno tiene el derecho de discrepar con el trasfondo de un libro francamente notable, del ama de casa sureña Margaret Mitchell, escrito en 1936, con el que ganó el Premio Pulitzer, o con la película dirigida por Víctor Fleming que obtuvo 10 premios Oscar, y otra es pedir y lograr que la censuren.

Ya lograron sacarla de una cadena de streaming. ¿Cuál será el segundo paso? ¿Sacarla de los canales y cines clásicos? ¿Y cuál será el tercer blanco? ¿Sacar de las librerías la novela de la tía Margaret? La ‘asonada’ contra la película y la novela explotó por el condenable asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco. Pero las justificables manifestaciones de rechazo contra el racismo son una cosa, pero la censura abierta a una película o una novela porque presenta la visión de lo que es ‘políticamente incorrecto’ me parece inadmisible.

Los miles de cibernautas y los políticos ambiciosos ávidos de votos tienen todo el derecho de pararse frente a los cines con sus pancartas a gritar ¡¡es un filme racista!!, ¡¡idealiza al régimen esclavista en nuestra nación!!, o como ‘Melcochita’: ¡¡No la vean!! Pero no vetarla.

Me hacen acordar cuando las viejitas militantes del Ejército de Salvación se paraban frente a los prostíbulos para tratar de convencer a los fogosos parroquianos que no ingresaran ‘porque se podían ir al infierno’. ¿Con qué autoridad moral catedráticos y comunicadores que aplauden la censura van a criticar a las hordas nazis que quemaban películas, libros, partituras musicales, sosteniendo que ‘eran creacion de judíos y comunistas’?

Si así empiezan, pronto comenzarán a censurar en Norteamérica las obras de Céline, Nietzsche o la música de Wagner al acusarlos de ‘inspiradores del nazismo’. Para terminar, los ayayeros de la censura deberían escuchar una opinión importante, de la gran actriz afroamericana Whoopi Goldberg, protagonista de la película antirracista ‘El color púrpura’ (1985), de Steven Spielberg, sobre este espinoso tema: “‘Lo que el viento’ se llevó es una gran película y simplemente la descripción de una época. En el sur, la bandera confederada (bando perdedor del que era partidaria Scarlett O’Hara) te la encuentras hasta hoy, delante de tus narices, pero una película eliges verla tú. Jamás debería prohibirse”.

Otros opositores de la censura de HBO recuerdan, tanto en la novela como en el filme, que el héroe Rhett Butler se burla del supuesto ‘heroísmo’ de los soldados confederados y los compara con los enemigos ‘yanquis’: ‘Solo tenemos algodón, esclavos y arrogancia’. Apago el televisor.

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