Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos ricos tallarines rojos con su presa grande de pollo y una papa a la huancaína con huevito duro, lechuga y aceituna. Para calmar la sed pidió una jarrita de agua de cocona al tiempo. “María, llegó a la Redacción, mi amigo el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. Lo noté algo triste. ‘Gary, se me partió el alma hace poco cuando vi cantar a , en Colombia, ¡conectado a un balón de oxígeno!, debido a una fibrosis pulmonar. Fue el primer artista que entrevisté en el extranjero en el majestuoso teatro ‘Teresa Carreño’, en Caracas.

Recuerdo que ‘El Puma’ paró la orquesta y exclamó: ‘Saludo al cronista peruano, de la tierra de Chabuca Granda, una grande de América con su lindo vals ‘La flor de la canela’’. Quedé paralizado. Y con saltos felinos, retumbó el recinto cantando ‘Agárrense de la mano’ y bailamos en interminable ronda de hermandad.

‘El Puma’, un jovial galán de telenovela, me recibió en su camerino. Me impresionó su frondosa cabellera negra azabache, pobladas cejas y vellos en los brazos, que cubrían hasta sus dedos. Lo abordé: ‘¿A quién debes la fama?’. Suspiró y recogiendo su alucinante melena me confesó: ‘Mamá Ana fue padre y madre de doce hijos. Papá nos dejó cuando tenía 6 años’. Se le cayeron algunas lágrimas y continuó: ‘Mientras cantaba en los mercados, tuve que cargar bultos para llevar algunas arepas a casa’.

Enterado de su divorcio con la actriz Lila Morillo, lo acompañé a un show en ‘Venevisión’. Ahí nomas apareció ‘El Puma’ su reciente pareja, la modelo cubana Carolina Pérez. Le estampó un efusivo beso, susurrándole al oído: ‘Estás bonita, mi amor’, y le dedicó su hit ‘Voy a perder la cabeza por tu amor’. Contó que su autor, el prolijo arreglista español Manuel Alejandro, reafirmó que sus temas adquieren relevancia, porque inserta ¡compases del vals peruano!

Nos reencontramos cuando fue jurado de ‘La Voz Perú’. Saliendo de grabar, se acercó con nostalgia a un niño lustrabotas y le regaló su fantástica chalina. ‘El Puma’ evocó que para comprar sus útiles escolares trabajó lustrando zapatos en la calle. Y pensar que impuso su robusta voz en Walt Disney.

Aún entonando ‘Dueño de nada’, con el cuerpo encogido y cabello canoso ha dicho: ‘Solo espero un milagro de Dios para seguir cantando’. ‘El Puma’ ruge y habita en nuestros corazones hoy y siempre’”. Pucha, el señor Malcom tiene razón. ‘El Puma’ nos regaló momentos imborrables. Todos esperamos el milagro de que se recupere y siga cantando. Me voy, cuídense.

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