Mi amigo llegó por su seco de cabrito con frejoles y su jarrita de chicha de jora, purito norte. “María, en los años 80 había una institución que te invitaba a invertir tu dinero y te pagaba altos intereses, mucho más que los bancos. Miles se volvieron locos, empezaron a poner todos sus ahorros y como les pagaban puntualmente los intereses, agarraron confianza y juntaban más plata para depositarla y ganar más. Se llamaba Centro Latinoamericano de Asesoría Empresarial (CLAE), que era presidido por el tristemente célebre Carlos Manrique, el ‘Tío Charlie’. Más de 200 mil personas depositaron dinero, y en el caso de muchas de ellas, sus ahorros de toda la vida, préstamos de familiares y hasta su liquidación del trabajo. Al final, lo perdieron todo. Manrique utilizaba la modalidad de estafa de la ‘pirámide’, en la que no existe una actividad o inversión real de sustento, sino que los ‘beneficios’ de los antiguos ‘socios’ se pagan con los depósitos de los que recién ingresan.


Inicialmente, el sistema funciona porque entra poca gente y eso hace que haya más nuevos que antiguos. El sistema colapsa cuando hay que pagarles sus intereses a demasiados ‘inversores’ y entonces no hay de dónde sacar plata. Hace unos días, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) advirtió de un tipo de estafa con la modalidad de la ‘pirámide’, pero con el cuento de la compra de diamantes. Es que los estafadores siempre buscan nuevas formas de convencer a los incautos. Aquí te dejo algunos tips para evitar caer en estas estafas si nos interesa un negocio.

* Hay que buscar información sobre la actividad que se ofrece. Investigar sobre quiénes son los responsables, cuál es el respaldo financiero que poseen y si cuentan con autorización de la SBS.

* Se debe desconfiar si se ofrecen altas tasas o ganancias superiores a las del mercado y no se detalla la forma en la que los márgenes crecerán.

* Evaluar la formalidad y estabilidad del negocio. Esto incluye dirección comercial y lugar de reuniones. Dudar si la convocatoria es solo a través de webs y redes sociales, sin contratos o documentos de respaldo.

* También debe ser motivo de duda cuando existen penalidades altas para salir del sistema. En México, por ejemplo, se han dado casos de amenazas contra las personas que desean retirarse.

* No es garantía de la estabilidad del negocio que familiares y amigos formen parte de la red, así obtengan ganancias. Si el negocio colapsa, ninguno se hará cargo de las pérdidas”.

Mi amigo Gary tiene razón. Por eso cuando se trata de negocio, yo voy a lo seguro. Me voy, cuídense.

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