El fotógrafo Gary llegó por su rica causa rellena con atún y una chita frita con arroz blanco y ensaladita fresca. También se pidió su jarrita de cebada calientita para combatir el frío. “María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con El Sonámbulo, el legendario de Policiales. Cerca de treinta años corriendo la cancha siempre en el horario de madrugada. Varias veces le propusieron ser jefe y se negó. ‘Nunca acepté, siempre seré periodista de calle. Es mi hábitat natural. Retorno a la Redacción a la seis de la mañana y no hay nadie. 

A esa hora redacto mis crónicas de madrugada. Solo necesito mi café caliente y un cigarrillo’. Gary, gracias a mis contactos llegué a la carceleta y vi a Evelyn Páucar, : una niña de cinco, uno de dos y un angelito de un añito. Está en un lugar aislado.

La verdad es que la vida de Evelyn, a sus cortos 26 años, se había convertido en un infierno. Primero, la abandonó el padre de su primera hija. Tenía veintiún años y conoció a un hombre mayor que ella por diecisiete años. El hombre se enamoró de Evelyn y tuvieron dos hijos en los últimos tres años de relación. Pero según la madre y los vecinos de la mujer, Rubén Condori comenzó a maltratar a la madre de sus hijos. Le sacaba en cara que todavía tenía que mantener a una hija que no era suya. Unos meses antes de la terrible tragedia, Rubén abandonó a su pareja en Ate Vitarte. Una semana antes habían tenido una pelea brutal. 

Fue en ese momento en que empezó a recibir tratamiento psiquiátrico en el centro hospitalario de Ate Vitarte. ¿Por qué no le hicieron un seguimiento? Al parecer, sus desequilibrios tuvieron un punto de explosión cuando empezó a recibir llamadas amenazantes de la esposa de Rubén. Ella se burlaba, le decía ‘p..., tienes hijos por negocio’. En ese momento solo pensó en hacerle daño al padre de sus hijos, porque no hacía nada para defenderla. También confesó que pensó matarse, pero sus hijos iban a quedar desamparados, después reflexionó y decidió quitarles la vida dándoles somníferos con vino.

Los angelitos no murieron con la dosis en Ate Vitarte. Ella también tomó el brebaje y se quedó dormida. Según los especialistas, Evelyn sufrió un trastorno de ira y ofuscación violento, pero sabía lo que hacía, sus hijitos seguían respirando e intentó ahorcarlos y les cortaba los brazos. Fue un ritual macabro. Al final quiso matarse ella, pero fracasó en sus intentos. Cuando pretendió ahorcarse con una sábana llegó su madre y la llevaron al hospital.

María, a veces veo que las municipalidades gastan mucho dinero en conciertos de cumbia y salsa o construyen ‘elefantes blancos’ para justificar edificaciones sin licitación, pero no tienen consultorios psiquiátricos gratuitos para mujeres, como Evelyn Páucar, que puedan ser tratadas con seriedad. El asesinato de estos tres angelitos se hubiera podido evitar”. Pucha, qué terrible historia. Me voy triste, cuiden a sus hijos.

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