Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un rico plato de pallares con pescadito frito, ensalada de rabanito y una porción de arroz blanco graneadito. También pidió una jarra de agua de manzana. “María, recorro las calles a diario y en todos lados escucho la indignación de la gente por los escandalosos , que revelan la terrible corrupción en uno de los sistemas más críticos e importantes: la salud de los peruanos. Este grave escándalo tiene entre sus protagonistas nada menos que a un médico reconocido por su prestigio en su profesión, pero que echa todo por la borda por este despreciable ‘faenón’.

Esos audios evidencian claramente que en vez de buscar el bienestar de los pacientes, Carlos Moreno pensaba en el provecho personal de su bolsillo.

¿Cómo aceptar que valiéndose de facultades de asesor presidencial, arme ‘su grupo’, se aproveche de la Iglesia para no levantar sospechas y así derivar a miles de afiliados del (SIS) a una clínica privada? Su ganancia principal estaría en los servicios clínicos, ecografía, tomografía, endoscopia, rayos X y farmacia. Así todos lo hemos escuchado. Por ejemplo, decía que mejor que los equipos (del hospital ‘Loayza’, donde él tenía una jefatura) estén malogrados, ‘así toda la demanda pasará a la clínica’.

‘Es el negociazo, pues yo tengo la gente que lo haga, tengo los pacientes’.

‘Esta es nuestra mina. Vas a ver la cantidad de plata que vamos a ganar’.

‘Vamos a empezar a mandar pacientes. ¿Qué voy a hacer? Lobbies con los médicos de los centros, reuniones, los voy a capacitar, pero por arriba’. 

Incluso, hablaba de generar otro negocio en el que su hija y la de su amigo sean socias que administren el área dental.

Ser médico es una de las profesiones más admiradas en el mundo, pues requiere gran vocación y preparación. Los buenos galenos pasan años de su vida no solo estudiando en aulas universitarias, sino en especializaciones de postgrado y los valores deben ir de la mano. La vergüenza de malos elementos salpica al gremio y a la familia. Por eso, tome en cuenta esto:

Forme bien a sus hijos y sea leal usted mismo.

Valores desde niños. Honestidad, respeto, solidaridad, responsabilidad y otros.

La plata no llega sola, no ceda a la tentación de ‘lo fácil y corrupto’. Estudie, supérese y sea persona de bien.

Haga su trabajo con ética y dedicación, siéntase orgulloso de eso y del servicio que brinda: como taxista, panadero, lustrabotas, canillita, médico, policía u otro”. 

Gary tiene razón. Los médicos viven de su trabajo, pero no viendo a sus pacientes como mercancía y simples ‘clientes’ para sacar provecho. Me voy, cuídense.

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