Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un estofado de res con papitas sancochadas, una porción de arroz blanco graneadito, salsa criolla y, para tomar, un emoliente al tiempo. “María, terribles las imágenes, grabadas por una cámara de seguridad, del mayor en retiro de la policía, Víctor Manuel Sánchez, quien en plena vía pública, frente a la comisaría Buenos Aires, en , da , la suboficial en actividad Liliana Guidotti Borja, de 43 años, quien trabaja en esa dependencia del Estado.

El miserable, olvidando que un día vistió el uniforme y su juramento de defender a mujeres y niños, propina la golpiza a su pareja sin misericordia. Son golpes potentes, dados con furia. Es imposible no sentir lástima por el castigo que la señora recibe. Al agresor no le importa que otros efectivos están mirando. Una agente se acerca y se limita a evitar que siga haciendo daño a su víctima, pero ni ella ni los otros policías que presencian el triste espectáculo lo detienen. Saben que es un oficial retirado y parece que le temen. Luego, el tipo sube a una niña a su vehículo y se va con dirección a su vivienda. Minutos después, el comandante de la policía, Carlos Gonzales, . Los agentes van a su casa para llevárselo, pero ofrece resistencia.

Pese a todo, es detenido y trasladado a la comisaría. En este lugar protagoniza otro show, al insultar a los efectivos de la manera más vulgar y hasta los amenaza a gritos, como cualquier delincuente. La vergonzosa escena fue grabada por un policía. A un agente, quien al parecer lo arrestó, le dice furioso delante de todos, sentado con las piernas cruzadas en una silla y sin estar esposado: ‘Vas a ver, idiota, vas a conocer quién soy yo. No seas idiota... Bien claro te dije...Acuérdate de mí, voy a hacer que te den de baja. Escuchen bien todos (ininteligible) pide tu baja, te vas a acordar de mí, conch... Y ese comandante ya va a ver...’.

Sánchez Charcape profiere más insultos y ofensas con toda libertad. Da la impresión de que se siente intocable porque fue un oficial. ¿Cuántos agentes en actividad serán como este mayor retirado que no solo golpea a mujeres, sino que también amenaza a sus colegas como el más desalmado criminal? Cualquier persona que ve este deshonroso video solo puede sentir profunda desconfianza de los policías. Ocurre esto justo cuando en el país aumentan los casos de feminicidio. Y encima el atacante es un policía que, como si fuera poco, llegó a ser oficial. Las autoridades deben hacer justicia en este caso. Al ver la agresividad de ese tipo, no se puede más que temer por la vida y la salud de su esposa. El Estado algo debe hacer para protegerla”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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