Mi amigo, el fotógrafo llegó al restaurante por un arroz con pato a la chiclayana sazonado con cervecita negra y una jarrita de limonada frozen. “María, ser padre es maravilloso, pero también conlleva una gran responsabilidad, pues de nosotros dependerá que nuestros hijos sean personas buenas o malas. ¿Qué debemos hacer para educarlos bien? Los expertos señalan que comunicarnos adecuadamente con nuestros niños y adolescentes es clave para formarlos bien. Ellos aconsejan:

* Hay que tener presente que en la etapa de crecimiento físico, psicológico y afectivo, los chicos son altamente vulnerables a lo que les decimos.

* Tampoco hay que olvidar que cuando nos comunicamos, casi siempre trasladamos, sin darnos cuenta, nuestras propias expectativas, prejuicios y estereotipos.

* Por ello, debemos tener cuidado al hablar, pues la palabra lleva mucho poder sobre las personas, incluso más que la fuerza, por lo que podríamos hacer mucho daño si no hablamos de forma adecuada.

* No hay que prejuzgarlos. Debemos darles la oportunidad de hablar o de actuar. Si los condenamos de forma apresurada, podemos producirles heridas que pueden tardar años en cicatrizar.

* No debemos limitar su capacidad. Las personas desarrollan el concepto de sí mismas en función de las expectativas que otras personas de referencia en su entorno depositan sobre ellas. Así, si desde pequeños les decimos frases como ‘tú no puedes’, ‘no tienes la habilidad para hacerlo’, lo más probable es que acaben pensando que no lo pueden hacer.

* Evitar compararlo con otros niños. Alabar el comportamiento de otros pequeños que se comportan mejor, poner a estos como ejemplos y criticar al que no actúa como queremos puede dañar su autoestima.

* Motivarlos siempre. Hay que animarlos de forma permanente, explicarles la importancia de los estudios y elogiar sus capacidades. Si un niño se siente capaz de hacer algo, y además tiene el interés, actuará más motivado y muy probablemente alcanzará sus metas.

* Desarrollar su imaginación. Desde pequeños se debe enseñarles a enfrentar sus obligaciones como si fueran un juego, algo divertido.
sIncentivar su curiosidad. Debemos favorecer su aprendizaje a través de un ambiente estimulante, que resulte atractivo e interesante.

* Hay que escucharlos. Los niños y adolescentes siempre se mostrarán disconformes con ciertas situaciones. Tenemos que tomarnos un tiempo para escucharlos y tratar de entender sus razones. Que sepan que nos importan sus opiniones, lo que les gusta, sus deseos y lo que les pasa. Esto es imprescindible para evitar conflictos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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