Inseguridad ciudadana
Inseguridad ciudadana

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tacu tacu de pallares con un lomito al jugo encima, rocoto y, para la sed, una manzanilla al tiempo.

“María, con tanta delincuencia me sorprende ver en las calles a muchas personas caminar distraídas, sin prestar atención a nada de lo que ocurre a su alrededor. Andan con los auriculares en los oídos, escuchando música a alto volumen, sin enterarse de nada. Otros invaden la pista de un momento a otro, como si los carros no existieran. La mayoría se la pasa mirando la pantalla del smartphone, sin ver por dónde pisan o si un ratero se les acerca para robarles. Muchas veces, con nuestros actos propiciamos que nos pasen cosas malas. Algunos consejos para vivir un poco más seguros:

Atento en la calle. Hay que tener bien presente que en la vía pública hay innumerables peligros: delincuentes, gente violenta, vehículos fuera de control, huecos en las pistas y veredas, perros agresivos. Por eso, es una irresponsabilidad caminar con los auriculares puestos en los oídos, mirando el celular o estar pensando en las musarañas.

Aléjate de personas peligrosas. Más peligroso que andar distraído en la calle puede ser tener como amigos a gente de conductas de riesgo: delincuentes, drogadictos, borrachos, sujetos de malas costumbres. La lista puede ser larga. Es imprescindible elegir bien a las personas con las que nos relacionamos.

Respeta a todos. Especialmente a los niños, mujeres y ancianos. Al más humilde como al más importante. Todos merecen ser tratados con consideración. Si respetas, también a ti te respetarán. En el transporte público, cede el asiento a las personas mayores, mujeres y niños. Está mal y es ilógico levantar a un pequeño que va sentado para que se siente un adulto. Los pequeños son los más delicados y deben ser cuidados. Hay muchos hombres adultos, llenos de fuerza, que pueden dar su asiento.

No consumas drogas ni alcohol. Estas sustancias alteran el comportamiento y la percepción de lo que ocurre alrededor. Muchas personas, bajo sus efectos, cometen actos peligrosos que jamás harían en estado normal. Se debe desterrar la idea de que para divertirse hay que embriagarse. Todo lo contrario.

Si conduces, ten mucho cuidado. Para empezar, jamás bebas ni una gota de alcohol. Respeta los límites de velocidad, usa el claxon solo cuando sea muy necesario, no hagas maniobras peligrosas. Cede el paso a los transeúntes. Así reducirás el peligro de accidentes de tránsito.

No muestres tu dinero. Tampoco exhibas joyas costosas, celulares de alta gama ni hables de plata delante de otros. Mientras menos enseñes, estarás más seguro.

Cuidado en bancos y cajeros. Evita retirar fuertes sumas de dinero y transitar por lugares apartados y oscuros”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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