Seño María
Seño María

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su rico ají de gallina con papa sancochada y arrocito blanco. Para calmar la sed, pidió una jarra de limonada heladita. “María, llegó al restaurante mi amigo, el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. ‘Escuchando huainos, recordé cuando conocí a Dina Páucar, ‘La diosa hermosa del amor’.

Con cabello corto medio ondulado y mirada cálida. Ella hacía cola para cantar en ‘La caravana musical Prodisar’. Con genuino sentimiento andino y presencia se encumbró al compás de ‘Que lindos son tus ojos’. Nos reencontramos hace poco y recordó su dura infancia en Huánuco, laborando en la chacra, junto a papá Alejandro abrigado con ponchito roto. Sollozó y confesó que llegó a la capital a los 11 años, con su hermana. Salieron adelante empujando una carretilla en ‘La Parada’, ofreciendo emoliente y pancitos serranos. Trabajó como empleada del hogar, cuidando su larga cabellera sedosa. Cuando cocinaba se ponía los zapatos con taco aguja de su patrona, cantaba escuchando su radio chiquito.
Devastada, asumió el rol de padre y madre de su primogénito. Se acrecentó como mujer guerrera y lo arrulló con ‘Mi tesoro’. El pequeño dormía entre los poderosos parlantes. Interpretando ‘Madre’, entiendo el orgullo por el hijo, que estudia en Los Ángeles, EE.UU.

Después, de sus ojos salieron corazones. Había llegado el verdadero amor, su esposo y estricto mánager, Rubén Sánchez. Se hizo querer en todas las regiones. Una vez, la nieve de Ticlio no la dejó pasar a Tarma. Por respeto al público, ¡llegó caminando! para sacudir el escenario, entonando: ‘Con qué derecho’, ‘Falso amor’ y otras. El prestigioso fotógrafo Mario Testino quedó asombrado por su voz, fantástica vestimenta y la retrató como una celebridad. Dina empezó su carrera con pollera prestada. Solo tenía para su pasaje. Congregó multitudes en la Carretera Central, zapateando hasta las últimas consecuencias.

Distraían a los fans para sacarla del escenario, disfrazada y hasta en tanqueta. A ritmo de arpa y requinto, brilló en el ‘Festival Cervantino’, en México y es ‘Marca Perú’. Está comprometida con la niñez como ‘Embajadora de Unicef’. No se olvida de sus raíces. En Europa y en el ‘Yawar toro’, de Puente Piedra, saluda a su gente en quechua’”. Pucha, el señor Mendocha tiene razón, a Dina nunca se le fue la humildad y por eso es tan querida entre sus fans. Me voy, cuídense.

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