Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un rico estofado de pollo con presa grande, papita amarilla, pasas, arroz blanco graneadito y una jarra de emoliente con cebada. “María, los periodistas estamos acostumbrados a difundir malas noticias, pero no todo es así. Me da mucho gusto dar a conocer historias de peruanos que salen adelante con esfuerzo y honradez, donde la familia es la base de todo. El es digno de resaltar, pues ocupó el primer puesto de una maestría en Economía en la prestigiosa Universidad La Sorbona, de , Francia. 

Este joven de 26 años confesó a Trome que estudia por pasión y no por obligación. Ahora su meta es aportar con sus conocimientos al desarrollo de su universidad y del Perú. El éxito no viene solo, no cae del cielo, hay que luchar por nuestras metas. En la actualidad, hay muchos chicos preocupados por sus músculos y hasta se inyectan sustancias prohibidas, y no les interesa leer un libro. Otros ‘cruzan la línea’ por la satisfacción inmediata y el dinero fácil. No permitamos que nuestros hijos caigan en esa situación y terribles experiencias. Por eso, psicólogos y educadores aconsejan:

La familia es la base para inculcar valores y la formación se reforzará en el colegio. La universidad ampliará el campo de desarrollo académico y ético para el futuro.

El estudio es la mejor decisión para poner en práctica desde pequeños. Que mamá y papá den el ejemplo.

Esfuerzo por conseguir objetivos. Cuanto más trabajo cueste alcanzarlo, más satisfacción por el logro obtenido.

Planificar y no rendirse: A la primera no siempre salen las cosas, pero hay que replantear metas sin desanimarse.

Leer: Hábito que permite aprender y también divertirse. Lea con sus niños desde chiquitos.

Busque aprender, no por notas, sino por el gusto de conocer. Comparta en familia y con amigos, pues cada día se puede aprender algo nuevo y bueno.

Comparta con sus hijos lo más valioso: su amor y tiempo. No siempre habrá dinero para comprar cosas y gastar, pero hay formas de pasarla bien. Busquen momentos de relax con deporte y risas, que hagan que los niños crezcan más seguros de sí mismos y contentos.

Se me vienen a la cabeza algunas de las experiencias que contó el licenciando mexicano Miguel Ángel Cornejo, lamentablemente fallecido, quien reveló que estudió en un colegio estatal y siempre creyó que no hay colegios malos, sino malos alumnos. Es cierto. La persona que tenga la mejor educación estará, obviamente, mejor preparada para triunfar, pero eso no significa que quienes estudian en una institución pobre y llena de carencias estarán condenados al fracaso. Todos, provengamos del lugar que sea, podemos forjar nuestro destino. Solo depende de nuestra voluntad”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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