'Mendocha' al lado de nuestro Juan Diego Flores.
'Mendocha' al lado de nuestro Juan Diego Flores.

Al fotógrafo Gary le tocó trabajar ayer en la Gran Parada Militar y llegó al restaurante con hambre. Se pidió un delicioso seco de carnero con arrocito blanco bien graneadito, ensalada fresca y rocotito molido. Para calmar la sed, se tomó una jarrita con agua de cebada calientita. “María, llegó a la redacción mi amigo, el gran periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. Como todos los peruanos, está muy entusiasmado con los Juegos Panamericanos que se realizan en Lima.

‘Gary, me contó, cuando trabajé como promotor de la disquera Sono Radio, me visitó Rubén Flórez, ‘El tenor de la canción criolla’ y favorito guitarrista de Chabuca Granda. Tenía agarrado a su tierno hijo y me confesó: ‘Hermano, Juancito seguirá mis pasos’. Así conocí al peruano más universal: el tenor Juan Diego Flórez, con privilegiada voz. El muchacho pintón, cantaba covers y temas de The Beatles en pubs de Barranco.

Un día se fue a conquistar Europa, hasta debutar en el ‘Rossini Opera Festival de Pesaro’. Luego, sacando pecho sacudió la ‘Scala de Milán’, enloqueciendo al selecto público.El inmenso Luciano Pavarotti se rindió al escucharlo y anunció: ‘El peruano Juan Diego Flórez es mi sucesor’. Regresó al país pisando tierra y ofreció magistralmente la ópera ‘Rigoletto’ en el Teatro Municipal del Callao. Entonces, abrió su corazón y se convirtió en incansable forjador de talentos. Movió cielo y tierra para motivar a la juventud de escasos recursos. Así surgió su más bella obra social: la Orquesta Sinfonía por el Perú y el celestial Coro de Niños.

Hace unos días, corrí a la Plaza Mayor de Lima para gozar de su inolvidable ‘Serenata al Perú’ y estuvo repleto de gente. Un puneño, empleado del hogar en San Isidro, coreó conmigo el clásico ‘La donna è mobile’ y nos vacilamos. Al escuchar ‘Valicha’, no aguanté y bailé con una vendedora de canchita, moviendo su cabecita. Una pareja de ancianos botó sus chalinas y se meneó al compás de ‘Mambos’.

Campechano, tomó a pico agua mineral y nos estremeció entonando ‘Contigo Perú’, en una noche de fraternidad nacional. Se abrazó a la gloria con clase. Antes de subir al escenario del ‘Metropolitan Opera’ de Nueva York, nació su hijo Leandro y brilló como nunca. Ama a su bella esposa, Julia Trappe. Juan Diego, cómo no te vamos a querer. ¡Vales un Perú!’”. Pucha, el señor Mendocha siempre junto a los grandes. Me voy, cuídense. 

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