80% de infidelidades surgen entre amigos y compañeros de trabajo
80% de infidelidades surgen entre amigos y compañeros de trabajo

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un rico pollito al maní, con papa amarilla, arrocito blanco y su toque de rocotito molido. Para calmar la sed, pidió una jarrita de refresco de cocona al tiempo.

“María, la infidelidad es una realidad que golpea a muchos hogares y aunque en asuntos de pareja ‘cualquier tercero sale sobrando’, incluso en comentarios, es verdad que también es un tema necesario de conversar, porque con frecuencia estamos viendo a personajes públicos involucrados en esa situación. Ni el deporte se salva. Pero cómo son las cosas, mientras la vida sentimental de un jugador sale a la luz porque ‘sacó los pies del plato’ y públicamente pide perdón, también se comenta de la bonita historia de amor de otro jugador que está con toda la ilusión de sellar su compromiso y llegar al altar.

Existen varias ‘teorías’ que intentan ‘explicar’ (mas no justificar) el por qué de una conducta infiel en ellos y ellas. Pero lo que quizá muchos se preguntan es: ‘¿Una persona infiel puede cambiar?’. La respuesta, según los especialistas de parejas, es que sí, pero no es tan fácil. Para eso se requiere verdadera voluntad de cambio y que ambos miembros de la relación estén dispuestos a trabajar en reconstruirla. Quien fue engañado, en reforzar su autoestima y su confianza, de lo contrario, con o sin motivos, le acechará la duda, estará intranquilo (a) y sospechando que ‘en cualquier momento me la vuelven a hacer’. Para quien engañó, verdadera actitud y acción de cambio. La confianza dañada no se recupera por decir ‘estoy arrepentido’, ‘si me das otra oportunidad, te juro que...’.

Hay un corazón destrozado por el engaño y quien verdaderamente se arrepiente de la infidelidad, también sufre por causar dolor. Aquí algunos consejos para estas situaciones:

No te embarques muy pronto en una relación. Si te sientes listo (a) y toma la decisión, asume tu rol.

El amor necesita cuidarse y renovarse, incluso con detalles no materiales: interés, atención, admiración.

Que ser padres no les haga entrar en rutina. Siempre es importante avivar la pasión y hacerlo no debe significar ningún esfuerzo, sino emoción.

No siembres dudas en el corazón. Piensa tus actos.

No se echen la culpa. No hay excusas para el engaño, pero tampoco agranden la herida con discusiones.

Mediten. A veces hay elementos para salvar una relación y factores que corregir o reforzar en ambos.

Evite condicionar. ‘Si me das otra oportunidad, te juro que...’. El cambio no debe ser solo por ‘una oportunidad’, sino por uno mismo, para poder amar de verdad.

Si se separan, es de su unión de esposos, no de padres. No condicione a sus hijos, ellos sufren aún más que los adultos por el hogar destruido”. Pucha, mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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