La Seño María: ‘Corazón embustero’
La Seño María: ‘Corazón embustero’

El Chato Matta llegó al restaurante por un chanchito a la caja china bañado en cerveza, papas doradas y ají molido. Para calmar la sed, se pidió una jarrita con chicha morada fresquecita.

“María, me timbró el gran Pancholón con una voz de ultratumba para que vaya a su casa. Pensé que estaba enfermo y fui volando. ‘Chatito -me dijo- estoy herido y ardiendo por dentro. El viernes la hice y recién me levanto. Me llamaron los dueños de N’Samble, Charles y Sandro, para celebrar los 16 años de la gran orquesta salsera de Barrios Altos… ‘Doctor, usted es el invitado de honor. Somos lo que somos…’. Causa, llegué bien acharlado con el goleador Nicolas Sánchez de la Asociación de Abogados del Callao y ‘Calulo’.

Apenas entramos nos tenían reservado un box privado con whisky etiqueta dorada, champán y un ramillete de hermosas venezolanas. Me olvidé que me van a operar de la próstata, que la tengo como una pelota de béisbol, y dije ‘vamos pa’ La Habana, la noche es joven’. Pancho ahora es famoso en las redes. Master de la cochinadita y doctor ‘del dame que te doy’ y las sacadas de lengüita. Se metió unos tragos y comenzó a tirar maicito.

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En el local retumbó ‘Corazón embustero’: ‘Más tarde me enteré que era la amante/ de un tipo duro de un barrio bravo… Pancholóooon/ De los que no se espantan/ Al ponerle en la garganta/ Una pistola de cañón negro y redondo/ Un mes después cayó en un tiroteo/ Cuando llegaba a casa de un fiesta/ Cayó sobre la acera/ Como una diosa de cera/ Y mi amor siguió esperando su respuesta/ Por lo que has hecho yo quisiera despreciarte/ Tener valor para poder llegar a odiarte/ Pero mi corazón es embustero/ Y miente para no gritar que aún te quiero…’.

‘Mamitas, ya estoy en base cinco y nunca me he enamorado, las amo a todas’, decía Pancholón. En el salón había de todo como en botica, pero destacaron bailarinas cumbiamberas y actrices amantes de la noche. También ‘pulseadoras’ y ‘centradoras’ como la ‘Chica realidad’. El gran Pancholón se puso nostálgico y se acordó de Marita, una mujer casada que le hizo perder la cabeza. Una de las ‘venequitas’ se dio cuenta de que el gordito cantaba con mucho sentimiento y le dijo: ‘Mi hijo, yo soy de Marina, ciudad que queda en la frontera de Venezuela, de las mujeres fieles que existen en el mundo. Olvida a esa ‘catira’ porque si tú vives conmigo te voy a preparar tu rico sancocho y pabellón, que es la comida típica.

Conocí al doctor Chotillo y me ofreció viajar a Tulum, pero no pasa nada’. ‘¡Okey, mami, yo quiero tu sancocho!’. Pancho ya estaba movidazo y en un rincón empezó a comerse a besos a la ‘chamita’, al final enrumbaron al hotel de los infieles”. Pucha, ese señor Pancholón es un sinvergüenza, ya está viejo y sigue en sus andanzas. Encima ya me contaron que usa Viagra, un día le va a dar un infarto. Me voy, cuídense.


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