El año pasado más de 100 personas fueron detenidas por festejar el Día de la Canción Criolla y Halloween. (Foto: Referencial)
El año pasado más de 100 personas fueron detenidas por festejar el Día de la Canción Criolla y Halloween. (Foto: Referencial)

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un seco de res con frijoles, arrocito graneado, sarsa criolla y, para tomar, una agüita de anís calientita.

“María, se viene el 31 de octubre, fecha en que en nuestro país se celebra el Día de la Canción Criolla y la fiesta de Halloween. Antes de la llegada de la pandemia, ese día era de juergas interminables en discotecas, peñas, casas y hasta en las playas.

La Noche de Brujas, una festividad importada de Estados Unidos, sacaba ventaja a la música criolla en las preferencias, pues la idea de disfrazarse seduce especialmente a niños y jóvenes. Incontables niños en los distintos barrios salían en la noche vestidos de brujas, zombis, hechiceros, Annabelle, Blancanieves, el Guasón, el payaso de It y otros, a tocar las puertas de los vecinos para que les regalen golosinas. Los adultos se iban de juerga hasta el día siguiente.

El año pasado nada de eso sucedió debido a las restricciones. Las autoridades pedían celebrar sin salir de casa y sin invitados. Solo con el núcleo familiar. Hoy ante el descenso de los casos cada vez hay menos limitaciones. Por ejemplo, ya se puede ir a las playas y el toque de queda solo es de dos horas, de 2 a 4 de la madrugada. Por esa razón, muchos se están confiando, pues existe la idea equivocada de que ya no hay peligro, pero la pandemia no se ha ido. Todos los días hay nuevos contagios y fallecidos.

Este fin de semana será largo, pues el lunes 1 de noviembre es Día de los Muertos. Después de más de un año de pandemia, todos ya sabemos lo que se puede y no se puede hacer para evitar contagiarse. Cuando los expertos temen que la tercera ola de la pandemia golpee a nuestro país, los peruanos debemos demostrar madurez y responsabilidad.

Nadie dice que no se celebre, pero hay que hacerlo en un lugar seguro y no se me ocurre un sitio mejor que el hogar, solo con los que habitan la casa. Las fiestas son ideales para adquirir el virus, pues en general se hacen en sitios cerrados donde el virus se queda suspendido en el ambiente, y la gente se saca la mascarilla para tomar, comer y conversar. Los expertos en salud señalan que ni estando vacunados se deben correr riesgos, pues si bien los inmunizantes reducen grandemente la posibilidad de desarrollar un caso grave de la enfermedad, tampoco se puede estar completamente seguros de que nada nos pasará. Además, la vacuna no impide el contagio, por lo que alguien que recibió sus dos dosis se puede infectar y transmitir el virus a otras personas, como a sus padres o abuelos, que, aun estando inmunizados, podrían verse seriamente afectados. La pandemia no se ha ido, sigue entre nosotros y continúa acabando con muchas vidas”.

Gary tiene razón. Me voy, cuídense.


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