El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un rico tacu tacu de pallares con su lomito de carne encima, rocoto molido y un emoliente calientito. “María, me visitó en la Redacción mi gran amigo, el periodista y marketero ayacuchano Malcom Mendocha. ‘Gary, como promotor de Sono Radio, ‘El cantor del pueblo’, , me dijo: ‘Gracias por llevar mis discos a las radios. Y te aprecio porque naciste un 24 de junio, Día del Indio’. 

Así creció mi amistad con el ‘Cholito’ más querido dentro y fuera del país. La historia de su insuperable vals ‘Cholo soy’ se la contó al director artístico argentino Enrique Lynch: ‘Maestro, el gaucho Boris Elkin me iluminó con su poema ‘No me compadezcas’. Le puse música y arreglos con alma andina’. Así se grabó la placa, inalcanzable en ventas. En los pasillos, Luis Abanto Morales, el noble y musculoso cantautor, me presentó al investigador PIP Adalberto Oré, autor de ‘Nunca podrán’. Al ver pasar a las jovencitas Cecilia Barraza y Eva Ayllón ¡los junté!, y entonaron el ‘Disco de oro’.

Luis Abanto Morales tuvo una dura infancia en los caseríos norteños. Llegó a la capital con locas ilusiones de salir adelante. Trabajó de pantalonero. De melodiosa voz, abarrotó coliseos y cines de barrio. Su postura para cantar surgió con la foto de la funda del LP ‘Cholito, cholo, cholazo’, donde luce un relojazo de oro puro y múltiples sortijas, y logró vender discos ¡igual que Julio Iglesias! Nunca lo vi tomar ni fumar, era atlético. Saliendo de grabar villancicos con la Banda Republicana, almorzamos como los incas: caldo de cordero, ajiaco de chuño y bebimos chicha de jora. Incluso el gran ‘Chacalón’ pidió conocer al flamante condecorado por la OEA como ‘Patrimonio Artístico de América’. 

Entonces, fuimos a la esquina ‘Carpa Grau’, el epicentro de la cumbia, y pisando tierra cantaron ‘El provinciano’. Lloramos de nostalgia por el terruño. Con mi familia, recorriendo el ‘Paseo de la fama’ en Hollywood, recordé la inauguración del ‘Paseo del criollismo’ en Pueblo Libre y el homenaje que se le hizo al compositor de ‘Cielo serrano’. Ahí estaba Luis Abanto Morales, en silla de ruedas, mostrando su eterna sonrisa. Entonces me susurró: ‘Cholo soy, y no me compadezcas. Nunca te achiques, peruano’”. Descanse en paz, maestro. Ese señor Mendocha conoce a muchos artistas. Me voy, cuídense.

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