El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un pollito al horno con puré de papas amarillas, arrocito blanco y su jarra de emoliente. “María, después de la marcha ‘Ni una menos’, se pensó que los cobardes ataques a mujeres iban a disminuir, pero la realidad dice que sucede todo lo contrario. Me causó indignación enterarme que un desalmado sujeto arrojó a la madre de su hijo del cuarto piso donde vive, solo porque la mujer ya no deseaba tener nada con él. La pobre madre de familia se salvó de milagro al caer sobre unas calaminas, pero llama la atención la violencia y el desprecio por la vida humana que muestran algunos miserables. Parece que nada detiene a los maridos pegalones. Llegan borrachos o drogados y, a veces, hasta porque la mujer no les sirve rápido la comida o alguien les fue con un chisme, la agarran a golpes y pueden llegar hasta matarla. Son los llamados . En algunos casos, estos crímenes pueden ser premeditados, planeados o calculados. Según los psicólogos, las mujeres fracasan en el amor porque eligen ‘a ciegas’ por la soledad, baja autoestima, temor a quedarse solteras o por presión de la familia o la sociedad. Hay que tener en cuenta lo que dicen los sexólogos: “Todos buscamos parejas con personalidad similar u opuesta a la nuestra”. Tal vez, pero debemos fijarnos bien.

Por ejemplo, los psicópatas tienen un encanto superficial, son personas hábiles socialmente y dan buena impresión, pero hay rasgos que los pueden delatar. Las mujeres deben conocer el origen familiar de sus potenciales parejas, estar atentas a su conducta, saber cuál es su escala de valores. A decir de los especialistas, los hombres con personalidad psicopática tienen, además, la capacidad de mentir descaradamente, lo cual los induce a engañar a otros sobre todo cuando eso pueda beneficiarlos o justificar sus conductas. No tienen capacidad de sentir emociones, solo fingen, característica que les impide tener remordimiento o sentimiento de culpa y nunca se arrepienten, de allí su crueldad. Son suspicaces y manipuladores, proclives al engaño. Descubrir una mentira grave de su pareja, puede salvarle la vida a una chica. Por eso, es responsabilidad de la mujer no convertirse en una víctima más de este tipo de violencia. Pero todo parte de casa: Los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos en un ambiente de respeto, amor y comprensión, para que eso sea lo que den y exijan a sus parejas”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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