Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tiradito de pescado, una jalea de mariscos con cremas, rocoto molido y una jarra de chicha morada fría. “María, falta muy poco para la , pero en lugar de que todo sea paz y amor, veo a la gente más alterada, preocupada e irritable. No es para menos, pues por estos días todos andan tensionados y luchan contra el tiempo por los preparativos para la Nochebuena, la compra de regalos, la cena, los arreglos de la casa y otros detalles que, aparte de requerir tiempo, significan un importante gasto de dinero. 

Eso sin contar con los mercados y tiendas repletos de gente, los embotellamientos vehiculares prácticamente a toda hora, el fuerte calor y el peligro siempre presente de rateros, ‘marcas’ y ‘robacasas’. No es raro ver a personas arranchándose juguetes y ropas en las tiendas. Muchos choferes se vuelven energúmenos al conducir. Por eso, algunos consejitos de expertos para no dejarnos aplastar por la presión y vivir plenamente la Navidad:

Recuerde que la Navidad es la celebración de la llegada de Jesús al mundo, así que lo material no puede ser el tema central de estas fiestas.

Pase sus momentos libres con sus hijos, pareja, padres y otros seres queridos. Demuéstreles amor y respeto. Hagan actividades juntos, como armar el arbolito, el nacimiento, preparar el desayuno, jugar y pasear.

Cree un ambiente navideño en su hogar, compre villancicos y escúchelos con su familia. Dialoguen, rían y hagan bromas, pero sin burlarse de nadie.

Si va a realizar compras, fije un presupuesto y no se salga de él. Decida lo que comprará antes de salir de casa, así no perderá tiempo. Vaya por la mañana, con ropa y calzado cómodos. No lleve a niños ni ancianos.

Salga de casa para el trabajo o a cualquier otro destino con media hora de anticipación como mínimo, para que no se estrese por las demoras en el viaje.

Duerma al menos ocho horas. Así, al día siguiente podrá levantarse temprano, desayunar bien, salir a tiempo y estar con buen ánimo. Rendirá más y estará menos irritable.

Ante una circunstancia que le desagrade, o incluso ante una provocación, respire hondo y no reaccione de manera violenta. Actuar de forma pacífica es demostración de madurez emocional y buena educación.

Respete a todos, especialmente a mujeres y niños, a su familia y desconocidos. No reaccione mal ante ellos, ni de palabra y mucho menos de acción. Usted viene de una madre y seguro quiere que otros la respeten.

Los conductores no deben usar el claxon de forma indiscriminada. Ese sonido altera los ánimos y rompe la tranquilidad. Solo se debe emplear en casos realmente necesarios”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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