Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unas cachemas fritas con arrocito graneado, papas doradas, ensalada de tomate y cebolla y, para tomar, una limonada fresquecita. “María, hay todo un plan para desestabilizar el país con , especialmente en el sur. Desde el 4 de enero se reiniciaron las protestas que exigen la salida de la presidenta Dina Boluarte, la convocatoria a elecciones en el 2023, referéndum para una Asamblea Constituyente y, lo más alucinante, la liberación del golpista Pedro Castillo para que ¡siga gobernando el país! De verdad que los radicales están completamente locos.

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Primero, Boluarte fue elegida como vicepresidenta y le toca gobernar el país tras el desafuero del profesor Castillo. Segundo, ya se ha determinado que habrá elecciones, pero en 2024 y no caben más pedidos en ese sentido, pues así lo sugirieron los jefes de la ONPE, el JNE y Reniec. En tercer lugar, los cambios que pide la izquierda se pueden hacer con modificaciones constitucionales (ya se han hecho algunas), sin necesidad de ir a una Asamblea Constituyente. Y, por último, Pedro Castillo, bien preso está por golpista y por intentar cerrar el Congreso, el Poder Judicial y el Ministerio Público. Quería gobernar por decretos, como todo un dictador. Y eso que también tiene más de 50 investigaciones por corrupción.

Entonces, las protestas solo tienen como único objetivo encender la hoguera en el país, hacer más pobres a los pobres, perjudicar a los peruanos en general, al mismo estilo que los venezolanos o cubanos. Miren nomás los millones de ciudadanos que huyen de esos países en busca de trabajo y un mejor porvenir. Los bloqueos, los saqueos, los paros, lo único que hacen es perjudicar a los trabajadores. La gente quiere llevar un pan a su hogar y estas protestas no los dejan. ¿De qué viven los azuzadores? ¿De qué vivía esa gente acampada en la plaza Manco Cápac desde inicios de diciembre? Esa gente no trabaja, le gusta vivir de dádivas.

Solo saben tirar piedras y repetir como robots consignas que ni entienden. Lo que debemos hacer es organizarnos para botarlos de las carreteras bloqueadas, enfrentarlos cada vez que quieren cerrar los mercados, como hacía ese radical Milan Kenervich, muy hombrecito con las mujeres del mercado de Abancay hasta que fue detenido y pedía ayuda a sus camaradas. Ya basta de marchas, de violencia. El Perú necesita trabajo, una economía boyante, paz y el aporte de la empresa privada. Solo con crecimiento económico saldremos de la pobreza. Mirémonos en el ejemplo de Venezuela, Cuba o Corea del Norte, donde no hay ciudadanos, solo esclavos de una dictadura. Mano dura a los revoltosos, a los radicales que atacan a otros peruanos. Esos que se vayan a la cárcel”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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