Los saunas se han convertido en la zona favorita de algunos personajes de la farándula.
Los saunas se han convertido en la zona favorita de algunos personajes de la farándula.

El Chato Matta llegó al restaurante por un sabroso cebiche de doncella fresquecito con calamar, choclito, ají limo y camotito. También se pidió un pescadito a la chorrillana y una jarrita de limonada con hierba luisa. “María, el gran Pancholón me invitó a su sauna privado donde lo atienden como rey. Apenas llegué, le dijo a Yordy que cambie la hierba y pusieron bastante eucalipto, manzanilla, muña y su toquecito de naranjita y canela.

MÁS INFORMACIÓN: Cecilia y Mendocha

Nos metimos a la cámara de vapor a más de 50 grados. Salimos para entrar al jacuzzi, pidió dos cervecitas heladas y se puso a cantar uno de sus temas preferidos de Los Auténticos Decadentes... ‘En días de la semana, en horas calculadas/ Izamos la bandera de un grupo de piratas/ Llamadas misteriosas, encuentros clandestinos/ Hoteles alejados, lugares sin testigos/ Nos sacamos el anillo carcelero y ¡vivimos una noche de solteros!/ Somos los piratas/ Nos gusta la aventura, las noches de bailanta/ Somos los piratas/ Toda una vida fiel al ¡gato y a las trampas!/ Somos los piratas/ Amigos de la noche, los gatos y las trampas/ Somos los piratas/ Después del cabaret ¡Nos vamos para el sauna!’.

‘Chatito -me dijo el abogado mujeriego-, este es mi refugio. La ‘mostra’ Magaly le está haciendo mala fama a estos lugares que son ‘sagrados’ para los varones. Vivo estresado y aquí me relajo. Ojo que nunca fui gil ni busco mujeres acá. Este pechito no paga capricho. La calle es mi centro de operaciones, la noche es mi amante donde campeono. Pero los años no pasan en vano, por mi vida han pasado muchas mujeres, nunca he sido malo, siempre canté las cosas claras, pero reconozco que soy inmaduro y me volví podrido desde que era un adolescente y una prima me enseñó cositas ricas. Después, cuando era un estudiante universitario, Jackie, la chica más linda de mi barrio, me engañó con el ‘Cholo’ de la televisión, que la llenaba de joyas y dinero.

Yo era un estudiante misio que vivía de propinas. Desde ese día me traumé y quise partir a todos. A veces quiero sentar cabeza, pero no puedo, la tentación me come el cerebro. Tengo amigos que tienen mucho dinero, uno de ellos me invitó la semana pasada a su casa de campo en Cieneguilla. Fuimos con dos amiguitas y la pasamos muy bien. A mi amigo le gustaba comer y tomar buenos tragos.

Estábamos con Carolina y su amiga, la ‘aburrida’, saboreando un whisky etiqueta dorada y comiendo un bife ancho argentino. El trago subió y los dos le pusimos la puntería a Carolina, quien se puso a hacer striptease moviéndose al ritmo de una canción de Bad Bunny. La cosa se puso caliente. Cuando alguien me gusta, me viroleo, saco la lengua y pateo debajo de la mesa. No puedo evitarlo.

Y el hombre se dio cuenta. ‘Pancholón -me dijo-, tú eres mi invitado, así que vaya y deje bien a los varones. Yo me arreglo con la ‘aburrida’. Nunca olvides que a la mujer siempre hay que tratarla con mucho cariño y respeto, los atorrantes no corren, verás que después ellas solitas regresan por su vuelto’. Me di cuenta que mi brother tenía demasiada calidad. Recuerdo que hice mi mejor faena. Chato, salud, por ellas. La vida es una sola, se puede cortar de un momento a otro, por eso hay que disfrutarla. A todas las quiero poseer’”. Pucha, ese señor Pancholón es un enfermo del sexo, por eso está mal de la próstata y la vez pasada no podía ni orinar. Los médicos le han dicho que descanse, pero no hace caso. Me voy, cuídense.

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