Amigo de Pancholón se encargó de 'partidor'.
Amigo de Pancholón se encargó de 'partidor'.

El Chato Matta llegó al restaurante por su olluquito con carne de cerdo, arroz blanco graneadito y su jarra de agua de cocona heladita. “María, viví una historia alucinante en una casa de playa en el sur, en la exclusiva ‘El ataúd’. Ese nombre pudo ser premonitorio, ya que en ese tonazo tranquilamente un ‘partidor’ pudo salir dentro de un ataúd. Pancholón me timbró: ‘Chatito, te invito a un fiestón en un caserón frente al mar. Es en la casa de Alfredito, uno de los abogados más exitosos del Callao’.

Cuando estábamos en la puerta de la casa, el gordito me advirtió: ‘Causita, puedes mirar a cualquier mujer, menos a la esposa de Alfredito. Fue Miss Pucallpa hace tres años y está mejor que nunca, pero el abogado es boxeador y tiene un historial de haberle roto el alma a varios partidores’. Me sorprendió que Pancho, que le va a todo lo que se mueve, me hiciese esa advertencia.

Cuando llegué comprendí sus palabras. Moniquita era un mujerón, se parecía a la actriz italiana Monica Bellucci. El tono lo animaba una conocida orquesta de cumbia. En eso se hizo presente el mejor amigo del anfitrión, Pablito, ‘el bravo de la televisión, el más pepón’. El tipo entró pisando huevos, como si fuera Brad Pitt. Alfredito, que ya estaba en tragos, se emocionó de verlo y le hizo una broma pesada. ‘Pablito, pensaba que eras del otro equipo, ja, ja, ja’, dijo mientras jalaba a su esposa. El antipático de la tele abrió sus ojazos al verla y le dio audazmente el beso muy cerca de sus labios.

En un momento de la fiesta, el pata de la tele se nos acercó, ya se había metido sus buenos whiskys: ‘La esposa del dueño de casa me hace ojitos, se me está regalando’. Pancholón lo encaró: ‘Compadre, no te vayas de pepa, tranquilo, acá hay varias mujeres solteras’. El loquito respondió: ‘Sí, pero me gusta ella y a este pechito nadie se le resiste’. La sacaba a bailar a cada rato y la apachurraba con roche aprovechando que el esposo estaba con sus amigos por la piscina. Cuando puso su mano en el trasero de Moniquita cruzó la línea.

La señora no le dijo nada, fue a la piscina y le contó todo a su marido. ‘Invítalo al cuarto de huéspedes’, le dijo Alfredito. Ella le susurró al faltoso coquetamente al oído: ‘Hay un dormitorio arriba, voy dentro de cinco minutos’. El ‘partidor’ se emocionó, subió dando saltos y encontró el cuarto totalmente oscuro. ‘Mamacita, aquí estoooy’, dijo, y cuando se encendió la luz, solo vio una bota militar de acero que se estampaba en su boca y le volaba varios dientes. Luego Alfredito, sus dos hermanos y dos amigos lo molieron a golpes y lo dejaron desfigurado. Solo Pancholón evitó que lo sacaran en un ataúd.

Lo botaron por la puerta falsa y la fiesta siguió como si nada hubiera pasado. Lo más loco fue que su canal repartió notas de prensa afirmando que su ‘estrella’ se había sometido a una operación de apendicitis e iba a estar dos meses de descanso médico”. Pucha, ese Chato tiene unas historias bravazas. Me voy, cuídense.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC