Una pantalla nunca
Una pantalla nunca

Mi amigo Gary llegó por su cebiche de mero con su picante de mariscos y su chicha morada fresquecita. “María, en el barrio neoyorquino de Upper West Side, el dueño de una librería colgó un cartel en la puerta para anunciar que su negocio cerraba a finales de febrero, pues se estaba yendo a la quiebra debido a la escasa demanda de libros. Según la información, publicada en el diario ‘El País’, ‘Nueva York puede ser un lugar muy loco, pero cuando se trata de arrimar el hombro, los neoyorquinos son ejemplares’.

Y así fue, 800 vecinos que consideraban que la librería no podía desaparecer, pues es un símbolo de cultura y fuente de conocimiento, en unos pocos días lograron juntar 50 mil dólares en una colecta para evitar que la cierren. Fue una acción muy consciente y sensata, pues la extinción de libros de papel traería un descalabro cultural de imprevisibles consecuencias a la humanidad.

En realidad, leer un libro en Internet no es igual, pues es difícil concentrarse debido a tantas cosas que se pueden hacer frente a una pantalla (chatear, jugar, estudiar o trabajar), afecta a la vista y, sinceramente, no significa un placer. Además, obtener información, que es lo que se hace en Internet, no es necesariamente ganar conocimiento. Mira algunas de las ventajas de leer un texto impreso.

- Está demostrado que leer en papel hace que haya un mayor recuerdo y comprensión lectora.

- Los libros en papel pueden llegar a durar décadas y siglos, como ya se ha demostrado. Es la tecnología más fiable para plasmar y conservar textos.

- El funcionamiento de los libros en papel es muy sencillo: basta con abrirlo y empezar a leer. Además es fácil volver a páginas o pasajes anteriores del libro. La relectura también es más sencilla.

- Tienen vida propia. Cada libro nos puede hacer recordar un momento, nos sentimos acompañados en viajes.

- Regalar libros siempre está bien visto. No solo por la temática del mismo, sino porque se está regalando un objeto físico para el ocio y/o el conocimiento.

- Un libro de papel se puede prestar a un amigo. También se puede solicitar prestado en una biblioteca pública.

- Nunca se le acabará la batería ni necesitará energía eléctrica para ser encendido, como una computadora.

- Es un placer descubrirlos en una librería o a una biblioteca al pasear por las estanterías.

- No es perjudicial para la salud. No daña la vista ni causa dolor en la muñeca, el cuello o la columna, como sí ocurre al leer en una pantalla”. Tiene razón mi amigo Gary. 

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