Todo tiene solución. No dejes de seguir estos consejos.
Todo tiene solución. No dejes de seguir estos consejos.

Mi amigo Gary llegó por su pollo al horno, ensalada rusa y su infusión de manzanilla. “María, mientras hacíamos guardia en un caso policial hablaba con unos colegas reporteros gráficos y uno de ellos se quejaba de que tenía muchos problemas. Estaba muy preocupado y sus ojos hundidos decían que no había podido dormir toda la noche. Lo llamé a un lado y le dije unas palabras para calmarlo y animarlo a enfrentar esos problemas que tanto lo atormentaban. Lo primero que le dije es que, si seguía con esa postura pesimista y llena de angustia, turbado y ensimismado, no iba a resolver nada y todo podía complicarse.

Luego le di un par de alcances sobre cómo solucionar algunos de sus principales problemas. Se tranquilizó, me miró a los ojos, me dio la mano y empuñó su cámara. ‘Gracias, hermano, mi principal arma es el trabajo’, me dijo. Y así es. ¿Te imaginas una vida sin problemas, María? Pienso que sería demasiado aburrida, sosa y sin satisfacciones. Todos los tenemos en mayor o menor medida, ya sea familiares, sentimentales, económicos, de salud, legales o laborales.

Las dificultades, los obstáculos, los contratiempos y los fracasos son normales en la vida. Esos momentos difíciles nos sirven para aprender a superar las adversidades y, además, ponen a prueba nuestra capacidad para reaccionar de manera adecuada y oportuna. Cuando encontramos la solución, experimentamos una satisfacción inigualable que nos motiva a seguir adelante. Aquí te dejo algunos tips para tus lectores.

Identifica el problema. Tienes que aceptarlo, no ignorarlo ni evadirlo. Debes tener ganas de solucionarlo.

No exageres. A veces pensamos tanto en el problema que lo magnificamos, lo hacemos más grande de lo que es. Dale su real dimensión.

Evita que se te junten los problemas. Muchas veces pensamos que un problema no es tan grave como para darle pronta solución, pero luego se suma otro y otro. Resuélvelos uno por uno, pero ya.

Busca soluciones. Una vez aceptado el problema, viene la búsqueda de soluciones. El primer paso es analizar cuál es el origen del problema. Luego plantea las alternativas de solución y elige la más adecuada.

Ten fuerza de voluntad. Para resolver un problema necesitamos dedicación, esfuerzo y quizá salir de nuestra zona de confort. ¡Asume el reto!

Pide consejo a las personas que estiman. El punto de vista de una persona de confianza es valioso. Te pueden dar ideas en las que no habías pensado.

Sé positivo. Es necesario no perder el optimismo, tener confianza en que la solución llegará. Frases como ‘¡sí se puede!’ ayudan mucho”. Tiene razón, mi amigo Gary. Siempre hay piedras en el camino, pero hay que sacarlas para seguir avanzando. Me voy, cuídense.

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