Nunca dejes de aprender.
Nunca dejes de aprender.

Mi amigo, el fotógrafo Gary, me contó por ‘wasap’ que la gente anda inquieta y muchos hasta desesperados, con ganas de salir a trabajar porque ya no hay plata en los bolsillos. Es un problema muy complicado, pues también está la necesidad de quedarse en casa para que el virus asesino no avance tan rápido.

En el momento que se levante la cuarentena, los peruanos debemos comenzar a trabajar poco a poco, de forma gradual. De lo contrario, según el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, nos caerá una segunda ola de contagios que será mucho peor que la que estamos viviendo.

¡Nadie quiere ni siquiera imaginar cómo sería eso! Pero muchos tendrán que ir pensando en realizar otras actividades, al menos por un tiempo. Por ejemplo, los restaurantes han sufrido un durísimo golpe y aunque comenzarán a abrir de a pocos, bastante gente relacionada a este negocio no encontrará trabajo tan rápido.

Otros, en cambio, serán más requeridos, como los teleoperadores y los que tengan habilidades con computadoras e internet, repartidores de delivery, especialistas en seguridad y salud en el trabajo, médicos, enfermeros, técnicos, farmacéuticos, etc. La clave está en adaptarse. Algunos consejos para sobrevivir a la crisis.

  • Todo cambia de forma constante. Las personas necesitamos cierta seguridad para vivir tranquilos y por eso creamos la ilusión de la permanencia, de que nada cambia, pero no es cierto. La pandemia que vivimos lo está demostrando de forma dramática.
  • Evita la negación del cambio. Cuando se producen cambios, y encima si son traumáticos, muchos reniegan, se quejan. Otros actúan como si nada pasara. Los dos comportamientos son equivocados.
  • Flexibilidad mental. Hay que ser flexibles para reprogramar nuestra vida, para adaptarnos a las nuevas circunstancias e innovar. Es preciso analizar qué ha cambiado, mirar el nuevo entorno y decidir qué debemos hacer o aprender para adaptarnos. Cuanto menos tardemos será mejor.
  • Relajación y meditación. Cuando las circunstancias son ajenas a nosotros, y por eso mismo no podemos intervenir, hay que mantenerse tranquilos, pensando en las posibles soluciones según cambie el nuevo escenario. Es bueno realizar ejercicios de respiración para calmar la ansiedad.
  • Piensa en las oportunidades. Los entornos cambiantes, por más difíciles que parezcan, siempre ofrecen posibilidades. La clave está en identificarlas y aprovecharlas.
  • No dejes de aprender. La voluntad y las ganas de no rendirse son fundamentales. Pero también debes motivarte y estudiar, capacitarte para tener más oportunidades”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.



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