La importancia de la lectura
La importancia de la lectura

Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un sudado de tramboyo con arrocito blanco, una rodaja de rocoto, juguito de limón y, para tomar, una chicha morada al tiempo. “María, siempre nos preguntamos por qué hay tantos chicos metidos en actos de violencia, drogas o que simplemente pierden el tiempo sin hacer nada. Casi siempre es porque sus padres no asumen su rol de guías. Una buena manera de lograr que los chicos se interesen por aprender es inculcarles desde pequeños el hábito y el amor por la lectura. Esta es de gran importancia porque, entre otros beneficios, potencia la imaginación, ayuda al niño a aprender, a divertirse solo y favorece su capacidad de concentración. Hoy, muchos chicos repiten que se aburren y sus padres se preocupan. Si los muchachos tuvieran gusto por la lectura, jamás se aburrirían con un libro.

Algunos consejos de los expertos para lograr que los niños adquieran el gusto por la lectura:

Deben elegir libremente. Los niños tienen capacidad crítica, por lo que se debe dejar que ellos mismos seleccionen los libros que van a leer.

Ver la lectura como un juego. Se debe enseñar la cara amable y lúdica de los libros y dejar que el niño acceda al mundo de la lectura por su propia voluntad. Leer debe ser placentero.

Busca espacios agradables. Hay que elegir lugares que alimenten la imaginación. Las bibliotecas son un buen espacio para leer, estudiar. Pero también están los parques y otros espacios abiertos y, si es en compañía de los padres, mejor.

Establecer una rutina diaria. Hay que buscar un espacio y un tiempo diario para que el niño lo dedique a la lectura. Puede ser antes de ir a dormir o después del lonche.

Adecuarse a las nuevas tecnologías. La lectura y el mundo digital están cada día más ligados por las tablets y smartphones en los que se pueden disfrutar de libros interactivos.

Fomentar la idea del disfrute. Se tiene que desterrar la idea extendida de que la lectura es una forma de ocio solitaria.

Mostrar interés por las lecturas de los hijos.
Hay que poner atención a los títulos, personajes y géneros favoritos de los chicos.

Animarle a escribir sus propias historias. Cuando se lee, la imaginación se dispara, y la mejor forma de dar salida a esta creatividad es motivar al niño a escribir.

Enseñar con el ejemplo. Los primeros modelos a seguir de los niños son sus padres”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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