Otras historias de El 'Sonámbulo'.
Otras historias de El 'Sonámbulo'.

Mi amigo Gary llegó al restaurante por su cebiche de cachema y su jalea con mariscos. También se pidió una jarra de cebada heladita. “María, me encontré con mi amigo ‘El Sonámbulo’. Estaba con su clásico gabán hasta las rodillas y fumaba su cigarrillo mientras tecleaba en la computadora. ‘Gary, estoy pensando seriamente pedir otras vacaciones, no soporto este calor ni el sol y este verano sofocante. ‘Amigo, me dijo, las madrugadas están más sangrientas, la gente se transforma. Maridos o esposas se acuchillan, los pandilleros salen a cogotear y los barra bravas se destripan a machetazos. 

Los malditos ‘raqueteros’ salen como buitres en autos o mototaxis para asaltar a incautos, a los que no dudan disparar si se resisten. Justamente, en la madrugada, una madre de familia le cortó el cuello a su marido. La mujer se había ido a bailar a una discoteca con su prima y llegó de amanecida en estado de ebriedad. El marido dormía con los dos hijitos y empezaron a discutir. La mujer se ofuscó, agarró un cuchillo y se lo clavó en el cuello. Pudo alegar defensa propia, pero ella con unos parientes lo sacaron de la casa y lo dejaron en una losa deportiva, donde se desangró y murió. La policía llegó justo cuando estos estaban limpiando la sangre de la casa y la mujer dijo que a su esposo lo asesinaron los barra bravas de Alianza, pues era hincha de la ‘U’, pero entró en contradicciones y al final confesó.

Otro asunto que está picante es el del ‘policía héroe’ que eliminó a tres temibles raqueteros que se movilizaban en un falso colectivo. Me llamó mi amigo, el general. ‘Sonámbulo, estoy recibiendo presiones. Hay civiles que están pidiendo que le abran proceso judicial por homicidio. Si el policía tenía una pistola apuntándole y estaba con su esposa embarazada. O sea que ahora hay que dejarse matar, eso pasa cuando quieren politizar la labor de la policía’. 

El general tenía razón. Gary, este caso me hace acordar a mi héroe de las películas policiales, el detective Harry Callahan, el célebre ‘Harry, el sucio’. Siempre tenía problemas con los altos oficiales y del ayuntamiento de Los Ángeles. Harry era el responsable de limpiar la ciudad de indeseables y criminales psicópatas. ‘Mi pistola no lleva detenidos al departamento de policía’. Es que sus enemigos eran los psicópatas más malditos del país. Asesinos en serie. Violadores de niños, tipos incorregible que tenían la suerte de salir libres, porque faltaban pruebas o por tecnicismos de los tinterillos. 

Pero Harry se las tenía jurada. Una vez eliminó a tres asesinos de policías, asaltantes de bancos que intentaron cometer un robo disparando contra un guardia de seguridad y mantenían rehenes. Harry se introdujo en el local y mató a los delincuentes que iban a asesinar prisioneros. Cuando llegó el comisionado, le reclamó por qué no capturó a alguno vivo. Él respondió: ‘Eran ellos o nosotros’. ¿Nosotros?, si tú estabas solo Harry. No respondió. Los asesinos temblaban a esa pistola. A Harry también querían procesarlo porque según los políticos ‘pisoteaba los derechos de los asesinos’. Yo defiendo a los honrados, a los inocentes y mi Magnum se encarga de los delincuentes’”. Ese Sonámbulo es un gran periodista. Me voy. Cuídense.

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