La experiencia que he tenido con mi hijo me ha confirmado que uno de los pilares de su éxito ha sido la alimentación que le di en el momento más importante de su desarrollo. Me refiero a cuando tenía entre 4 y 12 años, una etapa en la que ya me preocupaba por nutrirlo bien, para que sea un ganador.

Por eso, te recomiendo usar el , una herramienta fácil de usar y que te ayudará a servir a tus pequeños almuerzos bien balanceados y en las porciones correctas.
Ahora te dejo estos tips para que tus almuerzos sean tan ricos en nutrición como en sabor. ¡Sácale el jugo a ese rico pollo!

1. Prepara filetes más nutritivos
A mi hijo siempre le ha gustado su filete de pollo a la sartén. Para hacerlo más rico y saludable, lo empanizo de una forma bien fácil: primero harina, luego huevo ligeramente batido y, al final, quinua cocida por 10 minutos, bien escurrida y seca. Mi secreto para que se fije la mezcla es ponerlos un par de horas en el refrigerador. ¡Buenazos y súper nutritivos!

2. Selecciona piezas de tamaño similar
Cuando compro las presas por separado para hacer guisos, me fijo en elegir las que tengan tamaño parejo, entre piernas, muslos y encuentros. Así me aseguro de que se cocinen por igual y no queden crudas o sobre cocinadas.

3. Usa las vísceras, ¡son ricas en hierro!
Si compro el pollo entero, conservo las vísceras, como el hígado y las mollejas. Allí se concentra hierro, un mineral que ayuda a los niños a prevenir la anemia. Así, los chicos tendrán más energía para el cole y estarán bien concentrados.

¿Cómo cocinar las vísceras? Toma nota:

  • Mollejas: Si las utilizas en un guiso, lo más importante es darles una cocción larga a fuego bajo, para que queden suavecitas. ¿Cuándo sé que están listas? Cuando puedo cortarlas con facilidad utilizando un tenedor o con las manos.
  • Hígado: Al contrario, para que el hígado de pollo quede perfecto le doy poco tiempo de cocción. Por ejemplo, para un hígado encebollado, lo doro por ambos lados, lo retiro mientras preparo el encebollado y, faltando un minuto para que terminar la cocción, lo regreso a la sartén.

Plato3
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