Trabajar con salvajes no es nada fácil. Y es que por más adiestramiento que estos reciban incluso desde su nacimiento y por gran parte de su vida, el instinto siempre permanecerá intacto hasta el momento menos esperado. Ese fue el caso de este cocodrilo en que casi le arranca la mano a su entrenador.

El enorme reptil tenía la boca completamente abierta. Su domador lo había entrenado para que permaneciera así a menos que le indicara lo contrario. Es así que en ningún momento se le vio titubear o con un atisbo de miedo, al menos hasta que todo se le salió de control.

Primero le tocó la cabeza con la mano y luego la introdujo hasta las fauces del animal. Hasta allí, todo iba bien. Sin embargo, cuando volvió a meter su puño en el hocico del cocodrilo, este cerró la boca y dio una vuelta sobre sí mismo, como para inmovilizar a su víctima.

Por más increíble que parezca, pocos segundos después el animal soltó al hombre sin arrancarle la mano. De todas maneras, el entrenador tailandés quedó tan lastimado que no pudo continuar con el show.

TAMBIÉN PUEDES LEER

Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por , , y puedes suscribirte a nuestro newsletter.

NOTICIAS SUGERIDAS

Contenido GEC