El de un furioso cliente vandalizando el interior de un restaurante de alitas en California, , desató toda clase de comentarios en las . Lo que comenzó con un tenso intercambio de palabras entre un empleado de con un comensal el pasado 13 de marzo rápidamente se convirtió en una oleada de insultos y una caja registradora arrojada contra el piso y una ventana.

no esperaba que su simple deseo de pedir algo de comer para llevar con su esposa y amigo esperaban en el auto lo haría testigo del inusitado hecho. En diálogo con sobre lo acontecido dicho día, el autor del –originalmente publicado en y en sus cuentas en otras redes sociales– dijo que cuando volvió para pedir más salsa se topó con la acalorada situación a punto de estallar.

“Creo que se equivocaron dos veces con su pedido”, recordó Trujillo. “Estaba discutiendo con el encargado, diciéndole cosas como ‘Oigan, ¿pueden volver a preparar mi comida?’, a lo que le respondieron con un ‘Sí, la estamos volviendo a preparar’. Siendo honestos, el tipo solo esperó quizás cinco minutos para después preguntar si la comida ya estaba lista. ‘No quiero que me la escupan o algo por el estilo. Mejor devuélvanmela’”, añadió.

Fue en ese momento en el que furioso comensal pidió que le devolvieran lo que pagó, pero al parecer su pedido había sido hecho por Internet y le dijeron que no iba a ser posible; sin embargo, Wingstop precisó que, de acuerdo a su política de reembolsos, los clientes deben primero llamar a las oficinas corporativas para formalizar su reclamo antes de obtener su dinero de vuelta para sus pedidos en línea o hechos en tienda.

“Fue entonces que agarró el letrero y lo arrojó hacia donde me encontraba”, dijo Trujillo, a lo que le respondió diciéndole que tuviera cuidado y que debía calmarse, sin imaginarse que la siguiente reacción del enfadado cliente sería la de levantar la caja registradora y lanzarla por la ventana, un momento que el amigo del autor del que se encontraba esperando en su auto también grabó desde exteriores.

“Me dije: ‘¿En serio? Todo por un pedido de alitas de 12 dólares o algo parecido’. No creo que haya valido la pena”, reflexionó Trujillo, al tiempo que indicó que intentó disuadir al furioso comensal del para que se detuviera y pensar si quería terminar en la cárcel por algo tan nimio como unas alitas. “Solo vete, ¿entiendes?”, agregó sobre el sujeto cuya identidad se desconoce.

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