Fernando de Olazábal dirigía una red internacional de narcotraficantes
Fernando de Olazábal

Por: Jhonny Valle

Sin calcularlo, o tal vez sí, Fernando de Olazábal no solo coincidía con el capo colombiano Pablo Escobar en el turbio oficio del , sino que ambos cultivaron el costoso hobby del automovilismo.

De Olazábal tenía ‘pasta’ para los motores, según la crítica especializada. En televisión hacía alarde de sus costosas inversiones en sus autos y los gastos que estaba dispuesto a asumir para participar en competencias internacionales (como invertir 200 mil dólares para el Dakar).

Sin embargo, la madrugada del 26 de mayo, un operativo a cargo de la Dirandro en el puerto de Paita (Piura) derrumbó o –mejor dicho- desnudó la doble vida que mantenía Fernando de Olazábal.

Tras una exhaustiva, minuciosa y paciente operación, los sabuesos de la Dirección Antidrogas incautaron más de tres toneladas de cocaína ‘preñadas’ en containers, que tenía a Holanda como destino final. Fernando de Olazábal, el piloto estrella, era el cerebro de aquella organización de narcotraficantes, según la policía.

Se supo entonces que con el dinero que amasaba producto de sus ilegales negocios, De Olazábal podía costear sus caprichos más lujosos: autos de última generación, pagos altísimos de inscripción para participar en carreras y diversos negocios fachada.

Hoy, Fernando de Olazábal vive angustiado, corriendo de la Justicia, sabiendo que su captura es cuestión de tiempo y que la próxima carrera extrema en la que participará tendrá como sede central algún frío penal de Perú.

Pero la historia de este ‘narcopiloto’ de 41 años, nacido en Venezuela, no es algo nuevo.

NARCOMÓVIL

Además de encontrar placer en jovencitas, el narcotraficante colombiano Pablo Escobar -el ‘Patrón’- tenía como pasatiempo las carreras de autos, al que le ponía tanto empeño como a su negocio de la coca.

En su cochera coleccionaba verdaderas ‘joyitas’ como un Rambler de 1902 o una Ford modelo 1928, además de decenas de autos del año. Con la gran fortuna que poseía, formó su propia escudería, compró un autobús y lo adaptó como taller. Traía piezas de Francia y cuando participaba en alguna carrera lejos de casa, se hospedaba en el hotel más lujoso. Se transportaba en su helicóptero particular y tras la competencia ofrecía una gran fiesta.

‘TONY MONTANA’ SOBRE RUEDAS

En Perú, Fernando de Olazábal no es el primer narcotraficante aficionado a los fierros y motores. También lo fue Gerald Oropeza, quien pagaba capricho para ‘tunear’ y poner ‘a punto’ sus lujosos autos, entre los que se encontraban un Audi y un Porsche.

El popular ‘Tony Montana’ era caserito en la Chutana y le gustaba participar en los famosos piques. Siempre rodeado de bellas mujeres, los registros de sus competiciones aún se pueden ver en YouTube. Le hacía frente a experimentados pilotos e incluso en más de una ocasión alcanzó el primer puesto en su categoría.

Cuando llegaba con su ‘cañaza’, muchos se sorprendían y se preguntaban quién era ese ‘flaquito’ bien vestido. Nadie sabía o sospechaba que detrás de él se tejía una extensa red de narcotraficantes y sicarios, que más de una vez mandó cocaína desde el puerto del Callao hacia diversas partes del mundo.

Como era de esperar, tras su captura, sus lujosos autos fueron subastados al mejor postor. Actualmente, el popular ‘Tony Montana’, el rey de los piques, está recluido en el penal de Challapalca, en Tacna.

Solo existen dos caminos para satisfacer los caprichos costosos, apreciado lector. El difícil, con trabajo duro y honrado. Y el fácil, esquivando la legalidad y que –como habrá leído- nunca termina bien.

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