Uno de los requisitos primordiales para ocupar un cargo en el gobierno de es tener un pasado oscuro. Acaba de ocurrir con la designación del embajador peruano en Guatemala, Ángel Yldefonso Narro. Sí, su otrora ministro de Justicia, quien tuvo que renunciar porque iba a ser censurado por el por falsear su hoja de vida.

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Pocos se han percatado de esta designación, pero en los corrillos diplomáticos ha causado indignación. Es un rechazo justificado puesto que Yldefonso tiene un rosario de denuncias que acumuló como abogado y juez en Áncash. Nada de lo que va a leer le ha interesado a Castillo para nombrarlo en el cargo diplomático.

Repasemos su trayectoria. En el año 2017, cuando era integrante de una sala superior en Áncash, liberó a seis policías que en primera instancia habían sido sentenciados por narcotráfico, cohecho pasivo y encubrimiento personal. El caso era conocido como ‘Lagarto’, en alusión al apelativo del jefe de la organización.

Los agentes, según la acusación fiscal, eran miembros de la ¡policía antidrogas! Se los acusó de extorsionar a los narcos, a cambio de protegerlos. Y también participaban en la comercialización y adulteración de la droga que ellos decomisaban.

El fiscal apeló la sentencia de Yldefonso y de un segundo magistrado, el tercer integrante de la sala votó en sentido contrario. El caso llegó a una sala de la Corte Suprema, que entonces presidía el vocal César San Martín. Meses después, dicha instancia anuló el fallo y ordenó un nuevo juicio para los miembros de la banda absueltos por Yldefonso.

Pero allí no queda su historia. Años antes, cuando litigaba, el hoy ‘diplomático’ fue abogado de un condenado por violación de una menor que había sido sentenciado a 25 años de cárcel. Yldefonso presentó un recurso ante la Corte Suprema de Justicia para que revisara el caso de su defendido que, según él sostenía, era inocente. La máxima instancia judicial rechazó su pedido y el violador continúa preso.

Yldefonso Narro es amigo de confianza de Pedro Castillo. Según una investigación de la acuciosa periodista Karem Barboza, del diario El Comercio, este abogado se reunía con el mandatario y gente de su entorno personal cuando aún ejercía el cargo de juez y todavía no era ministro.

Según el registro de visitas de Palacio de Gobierno, Yldefonso consigna ingresos para conversar con Castillo y su abogado Eduardo Pachas. Los encuentros ocurrieron en diciembre del año pasado, precisamente, cuando el programa ‘Cuarto poder’ descubrió las reuniones clandestinas que sostenía el mandatario en la casa del pasaje Sarratea.

¿Qué misión le ha encomendado Castillo a Yldefonso en Guatemala? Tal vez copiar el modelo de ese país, uno de los más corruptos del mundo, en donde el gobierno dicta leyes descaradas para proteger la impunidad, acabar con la libertad de prensa y tiene preso al reconocido periodista José Rubén Zamora. Nos vemos el otro martes.

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