Los medios de todo el mundo reportaron el ataque con armas químicas que sufrió el poblado de Jan Seijun, en . Las fotografías dieron cuenta de los cuerpos de muchas personas regados por las calles y las convulsiones que tuvieron los supervivientes.

Fueron 86 las víctimas, entre las cuales se contó a una treintena de niños, las que dejó la ofensiva contra esta ciudad de Siria. Ellos ya se sumaron a las más de 250 mil personas que han perdido la vida en este peligroso país, donde ahora está involucrado Estados Unidos.

El gobierno de Donald Trump ordenó el a las huestes de Bashar al Asad, a quien se le cree responsable de todo esto. Los artefactos fueron lanzados desde la base de Shayrat, ubicada en Siria.

GAS SARÍN
Una de las cosas que todavía no muchos medios no han explicado con claridad es todo lo relacionado al agente que se usó para atacar Jan Seijun: gas sarín.

Para empezar, el gas sarín está prohibido por la Convención de Armas Químicas, el cual ha sido suscrito por 192 países. Y sí, Siria también firmó este tratado.

Pero expliquemos que puede producir. El gas sarín ataca principalmente el sistema nervioso de la víctima, afectando la transmisión de señales de las neuronas a las fibras musculares. El resultado es muerte por asfixia en cuestión de poco tiempo.

Si un pueblo, como pasó en Siria, es atacado con gas sarín, es medular que las personas vayan a las partes elevadas. Esto porque el agente es más pesado del aire y se deposita en las partes bajas.

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