Christofer Gonzales y su vida de casado.
Christofer Gonzales nos presentó su hogar y a su flamante esposa [FOTOS] - 1

La comuna de Peñalolén es una de las más exclusivas en Santiago de Chile. Lejos del Centro y con calles apacibles, donde el ruido es un recuerdo lejano, uno siente como si estuviera transitando por La Molina. Allí vive , volante de Colo Colo. He pactado una entrevista con él y a una cuadra de la cita me sube la presión, me pongo nerviosa.

Fui elegida ‘La novia de la Copa América’, me tomaron fotos, selfies, me hice una postal con Neymar y las principales cadenas deportivas ‘descubrieron’ mi interior y enseñaron mi anatomía. Pero esto es distinto, ahora soy quién pregunta y estoy muy tensa.

Aquí no valen mis curvas, ni mi cruce de piernas. Aquí debo sacar a flote mis conocimientos y empiezo con una ‘estrategia’: Ni bien toco la puerta de su departamento, le regalo un banderín de Universitario, el club de sus amores.

La casa ordenadita, cada cosa en su lugar, diseñada milimétricamente. Él ya no es soltero y lo dice con orgullo. “Me casé el 17 de diciembre del año pasado. Fue por civil y el religioso será en Lima. La conozco desde que ella tenía 15 o 16 años, y hace como 4 empezamos a salir”, confiesa feliz Christofer Gonzales.

Pero hay que indagar si hay planes de agrandar la nueva unión. “Deseo seis hijos para conformar mi equipo de fulbito, ja, ja. Es broma, en realidad mi sueño es que sean dos, pero cuando cumpla 25 años, o sea falta poquito”, agrega.

Creo que los que tratan muy bien a la pelota, son así de cariñosos con su pareja. “Cuando vamos al karaoke, le canto, pero en la ducha nada de nada, ja, ja”, se apura en explicar.

Descubro un muchacho con las vanidades de su edad. “Me echo mis cremas para la piel, pero no voy al salón de belleza, es demasiado”, aclara.

Y, luego, es inevitable tocar el tema de nuestra deliciosa gastronomía. “Extraño poco porque mi esposa y también una señora de Lima nos ayuda en la casa”, revela y sonríe.

Un buen aroma inunda el ambiente, por eso me atrevo a preguntar: ¿qué perfume usas? “No hay uno en particular, me gustan los fuertes, que se sientan. Pero en realidad utilizo el que esté a la mano”, se explaya.

El sonido de unos tacos, bajando las escaleras, hace que se ponga de pie y apure en presentarme a la dueña de su corazón. Tengo al frente a Romina Garfe, la flamante señora. “No fuma. Cuando lo hago se siente incómodo. Es poco de tomar y salir a discotecas, prefiere hacer reuniones en casa. Los domingos o cuando no entrena aprovechamos para ir a escuchar misa y encomendarnos a Dios”, nos cuenta muy segura.

En los ratos libres, hay un pasatiempo preferido. “Vamos al mall, me encanta comprar y a veces me dice que no gaste tanto, ja, ja, ja”, comenta muy tranquila.

Y cierra su intervención con una frase graciosísima: “Me engríe. Es muy minucioso para los regalos. También salimos al cine a comer ‘canchita’, ja, ja, ja”, y esta vez suena una carcajada.

Es el final perfecto, debo partir, pongo stop a la grabadora y él se despide: “Siempre hay que apoyarnos entre compatriotas. El banderín de la ‘U’ lo voy a colgar en mi sala”, sentencia.

He debutado como periodista y mi primera vez fue agradable. Nunca la voy a olvidar.

Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por , , y puedes suscribirte a nuestro newsletter.

La comuna de Peñalolén es una de las más exclusivas en Santiago de Chile. Lejos del Centro y con calles apacibles, donde el ruido es un recuerdo lejano, uno siente como si estuviera transitando por La Molina. Allí vive , volante de Colo Colo. He pactado una entrevista con él y a una cuadra de la cita me sube la presión, me pongo nerviosa.

Fui elegida ‘La novia de la Copa América’, me tomaron fotos, selfies, me hice una postal con Neymar y las principales cadenas deportivas ‘descubrieron’ mi interior y enseñaron mi anatomía. Pero esto es distinto, ahora soy quién pregunta y estoy muy tensa.

Aquí no valen mis curvas, ni mi cruce de piernas. Aquí debo sacar a flote mis conocimientos y empiezo con una ‘estrategia’: Ni bien toco la puerta de su departamento, le regalo un banderín de Universitario, el club de sus amores.

La casa ordenadita, cada cosa en su lugar, diseñada milimétricamente. Él ya no es soltero y lo dice con orgullo. “Me casé el 17 de diciembre del año pasado. Fue por civil y el religioso será en Lima. La conozco desde que ella tenía 15 o 16 años, y hace como 4 empezamos a salir”, confiesa feliz Christofer Gonzales.

Pero hay que indagar si hay planes de agrandar la nueva unión. “Deseo seis hijos para conformar mi equipo de fulbito, ja, ja. Es broma, en realidad mi sueño es que sean dos, pero cuando cumpla 25 años, o sea falta poquito”, agrega.

Creo que los que tratan muy bien a la pelota, son así de cariñosos con su pareja. “Cuando vamos al karaoke, le canto, pero en la ducha nada de nada, ja, ja”, se apura en explicar.

Descubro un muchacho con las vanidades de su edad. “Me echo mis cremas para la piel, pero no voy al salón de belleza, es demasiado”, aclara.

Y, luego, es inevitable tocar el tema de nuestra deliciosa gastronomía. “Extraño poco porque mi esposa y también una señora de Lima nos ayuda en la casa”, revela y sonríe.

Un buen aroma inunda el ambiente, por eso me atrevo a preguntar: ¿qué perfume usas? “No hay uno en particular, me gustan los fuertes, que se sientan. Pero en realidad utilizo el que esté a la mano”, se explaya.

El sonido de unos tacos, bajando las escaleras, hace que se ponga de pie y apure en presentarme a la dueña de su corazón. Tengo al frente a Romina Garfe, la flamante señora. “No fuma. Cuando lo hago se siente incómodo. Es poco de tomar y salir a discotecas, prefiere hacer reuniones en casa. Los domingos o cuando no entrena aprovechamos para ir a escuchar misa y encomendarnos a Dios”, nos cuenta muy segura.

En los ratos libres, hay un pasatiempo preferido. “Vamos al mall, me encanta comprar y a veces me dice que no gaste tanto, ja, ja, ja”, comenta muy tranquila.

Y cierra su intervención con una frase graciosísima: “Me engríe. Es muy minucioso para los regalos. También salimos al cine a comer ‘canchita’, ja, ja, ja”, y esta vez suena una carcajada.

Es el final perfecto, debo partir, pongo stop a la grabadora y él se despide: “Siempre hay que apoyarnos entre compatriotas. El banderín de la ‘U’ lo voy a colgar en mi sala”, sentencia.

He debutado como periodista y mi primera vez fue agradable. Nunca la voy a olvidar.

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