Kevin
Panamericanos

Por: José Lara

Pudo haber sido el ‘10’ de algún equipo peruano y quizá, incluso de la selección, pero su amor por la paleta pudo más que la pelota de fútbol. Desde muy pequeño empezó a medirse con una precisión inusual a la gran pared hasta convertirse en el mejor jugador de frontón de todo el Perú, luego de América y probablemente del mundo. Kevin Martínez ganó la medalla de oro tras aplastar a todos sus rivales en el camino y ahora, a sus 27 años, sueña con llevar este deporte nacido en nuestras tierras a las Olimpiadas, siempre con el apoyo de su madre, su gran motor y motivo.

¿Qué sentiste cuando ganaste la medalla?

Ha sido un sentimiento muy lindo, inolvidable. Un sueño mío y de todos los peruanos que jugamos frontón. Lo que tanto anhelábamos se logró con esa presea.

¿Cuál fue el momento más lindo?
Sin duda, cuando me cuelgan la medalla. Sentí que era una alegría indescriptible, muy emocionante, que era acompañada por todos los peruanos.

¿Desde qué edad practicas el frontón?
Desde los 9 años. Fui influenciado por mi abuelo Aco Álvarez y mis tíos Martín y Mauricio, era el clan familiar. Cada fin de semana era verlos competir, ganar, campeonar. Todo eso me enganchó con este deporte.

¿Te gusta el fútbol?
Sí. Estuve en la academia ‘Tito Drago’ desde los 5 hasta los 10 años. Al principio jugaba de arquero, pero luego terminé de volante ‘10’.

¿Hincha de qué equipo eres?
De la ‘U’. He ido al estadio, a Oriente, y un par de veces a Norte para los clásicos.

¿Y en el exterior tienes algún club preferido?
El Barcelona.

¿Hincha de Messi?
Sí, pero no soy anti-Cristiano.

¿Vas a la universidad?
Estoy empezando a estudiar, becado por la USIL, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Será mi tercera carrera, las otras no las pude terminar por falta de apoyo y falta de tiempo por el deporte.

¿Qué hobby tienes?
Todo lo que hago me encanta. Paro full con todas mis cosas desde que amanece. Sé que lo ideal es lograr un equilibrio. Así todo es mi mejor pasatiempo.

¿Te gusta el cine?

Sí, voy por lo menos una vez al mes. Me gusta la comedia, la acción. La última película que vi fue Toy Story. Antes, Avengers.

¿Casado?

Conviviendo ya hace 3 años con Alessandra Gorn, ella estudió Marketing, y soy muy feliz. Ella me apoya en todo. Por ahora, todavía no hay bebé.

¿Qué objetivos tienes?
Estoy desarrollando un proyecto de la paleta frontón en Perú y a nivel mundial para que sea reconocido en las Olimpiadas. Esa es mi misión. Es un proyecto muy ambicioso, pero creo que el deporte se lo merece.

¿Qué fue lo más lindo que te ha dicho la gente luego de lograr la medalla de oro?

Desde los saludos, entrar a un restaurante y que todos se paren para aplaudirme, es algo muy emocionante. Pero algo que me marcó es cuando recibí un mensaje que me decía: ‘Kevin, me has inspirado y ahora me he motivado para seguir tus pasos, me he dado cuenta de que estaba por el camino equivocado’.

¿Fuiste uno de los que entregó la bandera de la delegación peruana en la inauguración de los Parapanamericanos...
Sí, soy un afortunado. Estoy muy satisfecho, estoy viviendo un sueño y lo lindo es que es real.

Tus padres deben estar muy felices con tus logros...
Mi mamá, Catalina Álvarez, es padre y madre para mí. Ella lo es todo. Ella está muy orgullosa de mí y yo muy orgulloso de ella. Igual que de mis hermanos Valeria y Adrián.

¿Y tu papá?

A él solo lo he visto exactamente en dos oportunidades en mi vida, y la primera vez fue cuando tenía 18 años. Luego no sé más.

¿Le guardas rencor?

No, para nada. La vida es así. Soy una persona superpositiva.

¿Quiénes te respaldan en tus objetivos?

Más allá de mi familia, quiero agradecer al IPD y a mis 10 auspiciadores de las empresas privadas, que me apoyan para poder prepararme como deportista de alta competencia, sin ellos no podría tener la preparación que requiere este deporte.

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