Su vida no volvió a ser la misma desde que hace 20 años años, junto al maestro Bebo Valdés, lanzó al mundo “Lágrimas negras”, ese disco imprescindible que unía al flamenco con el bolero en una suerte de maridaje musical perfecto para los que sufren penas de amor.

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Para celebrar dos décadas del disco, Diego “El Cigala” llegó a Lima para ofrecer un concierto en el auditorio Santa Úrsula y aprovechó su estancia para conversar con Trome y confesar su admiración por los valses y la música afroperuana. “Si Dios quiere en algún momento intentaré hacer alguna incursión del flamenco con la música peruana y espero que todo salga bien, me gustan mucho los sonidos, los ritmos, están chulos y se pueden hacer cosas lindas”, dice entusiasmado.

¿Aún recordamos los duetos con Eva Ayllón en uno de tus conciertos en Lima se podría repetir el encuentro para grabar algún tema?
Claro que sí, con ella hicimos algunos temas en un show, estaría dispuesto a grabar con Eva en el momento que desee, la quiero mucho.

¿Imaginaste la trascendencia que tendría el proyecto musical de ‘Lágrimas negras’ cuando lo propusiste? No, qué va, lo hicimos por puro amor a la música, fue una idea mía y de Bebo Valdés y Fernando Trueba, para nada pensamos que se le iba a convertir en un fenómeno musical; es una de las mejores recompensas que me ha podido dar la vida.

¿Y qué papel tuvo Fernando Trueba en el proyecto? Fue el hombre más importante, el productor, principalmente el que creyó en nosotros y apostó por el proyecto en ese momento. Siempre le estaremos agradecidos, Bebo Valdés desde el reino de los cielos y yo aún desde aquí en la tierra.

¿Consideras que ese disco le dio un vuelco a tu carrera?
Totalmente, le dio un vuelco que yo nunca imaginé, de conocerme solo en el mundo del flamenco pasé a que me escucharan en el mundo entero. Me cambió la vida.

Cantor de flamenco espera hacer una incursión en la música peruana.
Cantor de flamenco espera hacer una incursión en la música peruana.

TODO UN RETO

¿Pero los puristas del flamenco no vieron con buenos ojos lo que hiciste con ‘Lágrimas negras’? Para nada, decían que era una cutrada, una españolada más, que no valía un duro, que no había ninguna fusión y que lo que había hecho no iba a ningún lado. En ese momento nos hizo mucha gracia todo lo que se comentaba.

¿Y tuviste el apoyo del sello discográfico? Cero, nada de apoyo de la discográfica y recién empezó a hacerlo cuando del boca a boca se hizo disco de platino, cuando se vendieron los primeros cien mil discos; entonces ya apoyaron.

¿En estos tiempos, la industria ve con buenos ojos proyectos ambiciosos e innovadores dentro de la música?
Que va, no se ven proyectos ambiciosos, se ven proyectos rápidos, de consumo fácil, todo el mundo va al ritmo de música enlatada, fugaz. No veo que se hagan discos clásicos, con esa fuente de musicalidad que se necesita.

¿Cuál crees que es la fórmula ideal para que la buena música perdure?
Hacer buenos discos que se puedan llevar al directo, entendibles, con una calidad suprema y sin tantos parapetos ni mezclas. Hay que hacer buenos discos con una idea del directo para que esa gente que escucha el disco pueda ir luego a escucharte cantar y puedan vivir la misma experiencia que están escuchando en el disco, incluso mejor, porque en el directo salen cosas más bonitas.

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