(Fotos: Kelvin García)
Stephanie Orúe

A sus 31 años,  tiene deseos de convertirse en madre, pero sin desligarse de la actuación. Lleva cinco años junto a su esposo, el polaco Adrián Sikorski, a quien conoció en una clase de ‘muay thai’. Cuenta que su personaje de ‘Tati’ en ‘Mi Esperanza’ se parece mucho a ella porque ‘marca su territorio’.

¿Cómo es ‘Tati’ en ‘Mi Esperanza’?
Es una chica muy divertida, expresiva, espontánea, sueña con ser bailarina. Es buena, pero está algo desubicada. En el pasado tomó decisiones que no fueron las más acertadas, pero en esencia no es mala. No es tan oscura, no le desea el mal a otras personas, con excepción de ‘Elsa’ (Érika Villalobos), a quien tiene atravesada por acercarse mucho a ‘Percy’ (Yaco Eskenazi).

En la vida real, ¿tuviste atravesada a alguna?
En ese sentido, sí me identifico con ‘Tati’, porque me ha pasado con mi esposo. Alguna vez le tuve celos a una chica y una vez soñé con eso. Me levanté en la madrugada, lo desperté para preguntarle si le había escrito, me dijo que no, pero le pedí que revise su celular y ahí estaba, la chica le había escrito una tontería. Soy un poco ‘brujilda’. Creo fielmente en mi intuición y en las señales que te envía la vida.

¿Eres una mujer que marca su territorio?
Sí, claro. Si algo huele mal, lo voy a detectar.

¿Eres absorbente con tu esposo?
No, cada uno tiene su espacio. Mi profesión me ha enseñado a tomar distancia de las situaciones, puedo cometer errores, pero siempre hay un momento de reflexión. Por más que la friegue, veo las cosas desde afuera y busco el diálogo. Tengo un lado impulsivo, pero también soy muy racional.

¿Le hiciste alguna escena de celos a tu esposo?
En la calle nunca, ahí hay una diferencia con ‘Tati’. Pero en la casa, sí, ja, ja. Le grito, ¿por qué, por qué?, ja, ja. Él me tiene mucha paciencia, es mi equilibrio.

Es tu ‘media naranja’...
Claro, por eso estamos juntos como cinco años. Es mi otro lado del ‘yin y el yang’. Soy muy explosiva, boto mucha energía, soy proactiva, y él está pidiéndome calma, me relaja.

¿Cuánto tiempo llevan de casados?
Un año y dos meses.

¿Y han cambiado?
En nuestro caso, no, porque convivimos desde los 6 meses de la relación. Después en la casa, mantenemos nuestra esencia y la monotonía no va con nosotros, hacemos cosas distintas. Pero también disfrutamos de nuestros momentos ‘tranquis’, viendo películas, series.

¿Han planificado los hijos?
No con fechas, pero yo tengo muchas ganas de ser mamá, solo que ahora estoy abocada a mi carrera, tengo mucho camino por recorrer. Él está chibolo, tiene 28 años, y quiero que cumpla algunos deseos que le quedan pendientes, como volver a su país y juntos, me tiene que presentar a toda la familia. Iremos a Polonia y luego viajaremos por algunos países de Europa.

¿Te sientes sexy?
Por supuesto, me siento sexy cuando quiero ser sexy. Lo bonito en mi relación es que él no me limita, no me juzga, a lo mucho me dice: ‘Te encanta que te miren’... ja, ja, ja.

Los europeos son de mentalidad abierta... ¿Mito o verdad?
Eso es falso, mientras más tiempo pasa aquí, se ha ‘peruanizado’. Antes, cuando me miraban en la calle, él normal, pero ahora salta con cualquier faltoso y yo lo tengo que tranquilizar.

Hay piropos que son agresivos...
Claro. A veces no me doy cuenta de algo, pero él intuye la malicia de otros hombres. Ha pasado que se baja del carro para confrontar a esas personas. Y también pasa que si tengo los ‘diablos azules’ encima y me dicen algo que no me gusta, entonces reacciono. Puedo recibir un piropo, si me gusta sonrío y hasta lo agradezco, pero cuando te faltan el respeto no lo permito.

Tu papel de ‘Maldita’ en Django recibió muy buenos comentarios. ¿Aún da para más?
Claro, todavía falta rebanar más carne. Me encantó el trabajo de campo, fue una experiencia riquísima. Además, ‘Magda’ es una mujer diferente, yo me quedo con la frase que le dice a Django: ‘Somos iguales, vivimos el día a día’.

Tus escenas sensuales te han traído más seguidores en las redes...
No sé si por esas escenas, pero he recibido comentarios bien faltosos en el Instagram. Muchos me han felicitado por mi trabajo y reconocen que se hizo una buena película, pero también cosas bien fuertes, que me llevan a pensar ¿qué pasa con algunos seres humanos? O sea, pueden imaginarte, tener morbo, pero pasar esa línea y que me tires tu mi..., es distinto, con fotos asquerosas... Pero como yo me baño en jabón, no me hago problemas. Se bloquea y no pasa nada.

ADRIÁN: ELLA ES MÁS CELOSA
Stephanie dice que tiene ganas de ser madre, pero también quiere crecer como actriz.
Sí, estamos conversando respecto a ese tema y todo llegará a su tiempo, no la quiero apresurar. A mí me gustaría tener dos hijos, pero ella está siempre haciendo teatro, televisión o grabando algo más.

También afirma que eres muy celoso...
No, ella es más celosa. Yo la conocí siendo actriz, entiendo su trabajo y la respeto, no la puedo cambiar... pero ella es muy celosa.

Cuenta que tiene mucha intuición y que una vez encontró mensajes de una chica.
Sí, claro, pero no me decía nada, ja, ja, ja. Es intuitiva. Pero siempre trato de cuidarla, aquí hay mucha gente malcriada que suele decir cosas vulgares, y eso no lo permito.

¿Cómo se conocieron?
A: Fue en ‘Black Dragons’, ella vino a tomar una clase conmigo, yo estaba enseñando artes marciales.
S: Tenemos un amigo en común y necesitaba entrenar para grabar una serie de televisión. Fue ahí que me gustó, más que físicamente, me encantó como enseñaba. Es el tipo de hombre que me gusta, pero su personalidad me impactó. Luego, todo se fue dando. Él me agregó primero al Facebook.

¿Se dividen las tareas del hogar?
S: Somos un matrimonio moderno, de tareas compartidas.
A: Si ella trabaja hasta muy tarde, yo cocino y le dejo algo para comer. Igual hace ella, y nos dividimos los quehaceres.

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