Los riesgos de ser grifero.
Los riesgos de ser grifero.

Están más de ocho horas diarias expuestos al olor de la gasolina, petróleo, GLP y GNV. Lo sienten en en el aire, en la piel, en su ropa y aun cuando van a casa siguen oliendo el combustible. Este es el duro trabajo de los griferos, que atienden más de 120 carros al día y que además sufren de salpicaduras de combustible cuando despachan.

Todo esto experimentó David García N. (29), quien laboró durante tres años en un grifo y hoy se pregunta qué daño pudo sufrir su .

Jonh Astete, médico especialista en medicina ocupacional y medio ambiente del Instituto Nacional de Salud, afirma que los griferos pueden sufrir intoxicación por inhalación y por contacto directo.

DAÑOS NEUROLÓGICOS

El neurólogo Danilo Sánchez, del Instituto de Ciencias Neurológicas, afirma que la exposición a combustibles y el malestar derivado de ello pueden generar alteraciones neuropsicológicas como cambios de carácter, estrés, nerviosismo y disminución de las funciones cognitivas, lenguaje, memoria, atención y concentración.

CANSANCIO Y SED

El calor del verano hace que el combustible libere más gases, por eso muchos griferos suelen sentir cansancio, sed y hambre.

Por contacto directo: Las salpicaduras de combustible pueden causar dermatosis (irritación de la piel con presencia de erupciones), lo cual se agrava cuando hay derrames de gasolina o realizan labores de limpieza.

Por inhalación: La inhalación de los vapores, principalmente del gas y la gasolina, que son más volátiles que el petróleo y kerosene, puede generar inflamación de las vías respiratorias y bronquitis, además de irritar los ojos y causar dolores de cabeza, mareos y vértigo.

RECOMENDACIONES

Bañarse ni bien se mojan con combustible.

Lavarse constantemente las manos.

Evitar usar franelas con las que hayan secado combustible.

Usar siempre uniforme, botas, guantes y lentes de protección.

OBLIGACIONES DE LOS EMPLEADORES

Establecer pausas de trabajo para disminuir la exposición de sus empleados al combustible.

No exponer a los gases a las trabajadoras gestantes o madres lactantes.

Otorgar equipos de protección: guantes, lentes y botas de seguridad.

Dar máscaras protectoras con filtros para vapores orgánicos cuando la exposición es excesiva (al cargar los tanques con combustible).

Cumplir la ley 29783, en la cual están obligados a realizar el monitoreo periódico de los factores de riesgo físicos, químicos, biológicos y psicosociales de sus trabajadores.

Hacer evaluaciones médicas ocupacionales y ofrecer un seguro complementario de trabajo de riesgo.

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