Hace unos días una conocida actriz peruana perdió la custodia de sus hijos debido a sus problemas con el alcohol. Esto nos genera una interrogante: ¿tener padres alcohólicos? Para Walter Dávila, psicólogo y psicoterapeuta de la Escuela de Desarrollo Personal Supérate, los niños que tienen este problema en casa no se desarrollan bien emocionalmente, tienen baja autoestima, pierden concentración y memoria, son miedosos, no pueden relacionarse con los demás y son avergonzados.

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“Si uno o ambos padres son adictos al alcohol necesitan tratamiento porque ellos solos no podrán salir de la situación que viven. Los chicos también requieren terapia psicológica para entender que ellos no son los culpables de que sus progenitores sean así. Además, es importante que puedan exteriorizar sus emociones”, indica el especialista.

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A TOMAR CONCIENCIA

Los padres deben tener claro que sus acciones afectan seriamente a sus retoños, pues se ha visto que, en algunos casos, los hijos de padres alcohólicos tienen más predisposición a desarrollar esa adicción. Por esta razón, es importante evitar las bebidas alcohólicas en exceso, no solo por la salud de uno mismo, sino también por el daño que se le puede hacer a la pareja, a los hijos y al entorno en general.

SABÍAS QUE...

Los niños empezarán a aislarse de sus amigos y/o conocidos porque sentirán vergüenza de sus padres alcohólicos.

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Puedes causarles cambios en el estado de ánimo, alteración del sueño y bajo rendimiento escolar. Por eso, evita involucrarlos en tus problemas de pareja. ¡Tenlo en cuenta!

Si tenemos problemas con la pareja, hay que resolverlos entre nosotros a través de la comunicación, comprensión y tolerancia.
Si tenemos problemas con la pareja, hay que resolverlos entre nosotros a través de la comunicación, comprensión y tolerancia.

‘Papá, dice mi mamá que le des el dinero para la comida’ o ‘Mamá, dice mi papá que no lo llames a cada rato’. Estas frases suelen pronunciarlas inocentemente los niños por encargo de sus mismos , quienes los convierten en ‘palomas mensajeras’.

“Aunque no parezca, los niños cuando son ‘palomas mensajeras’ experimentan sentimientos encontrados y mucha confusión. A esto se agregan los problemas de sueño, los cambios de estado de ánimo, el bajo rendimiento académico, altos niveles de estrés, tristeza, frustración, apatía y hasta problemas de salud, como dolores abdominales, de cabeza y espalda”, indicó Manuel Saravia, psicólogo y psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima.

No hay que esperar que se presenten estas señales de alerta -afirma el especialista- para recién darnos cuenta de que algo pasa con los chicos. Si tenemos problemas con la pareja, hay que resolverlos entre nosotros a través de la comunicación, comprensión y tolerancia. Los niños necesitan vivir plenamente su etapa, así se convertirán en adultos emocionalmente sanos, responsables y empáticos.

Cuando estés por decirle a tu niño: ‘Pepito, dile a tu papá…’, detente y recuerda que no debes involucrarlo en un conflicto que no le pertenece.

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